Alguien, algún día, me explicará qué tiene de bonito, necesario o divertido destrozar mobiliario urbano, murales cerámicos o ensuciar nuestros recursos naturales. El pasado fin de semana, en l’Alcora, algún o algunos vándalos se dedicaron a romper parte de un mural cerámico que hay en la calle Costera de l’Advocat. Los que me conocen saben que me gusta mucho utilizar la expresión «fem poble», y es que, si todos pusiéramos nuestro granito de arena en hacer algo positivo por el pueblo, seguro que nos iría mucho mejor.

En muchas ocasiones, el gobierno municipal dejamos ideas por hacer que nos ayudarían a embellecer nuestro pueblo porque sabemos que, con estos comportamientos, en pocos días estarían destrozadas y, por tanto, sería haber tirado el dinero. Es una pena que haya gente que actúe así, haciendo daño a nuestro pueblo, a nuestros espacios públicos y a nuestros murales cerámicos.

Por suerte, no son todo malas noticias, este fin de semana recibí unas fotos de unos jóvenes que, cuando fueron al río, se habían encontrado una zona llena de papeles y bolsas que otros que habían ido antes no habían recogido. Pues bien, estos jóvenes, sin tener ninguna obligación, recogieron toda la suciedad de la zona, pues como me dijo Ferran Tena, daba pena ver así esa zona tan emblemática de nuestro pueblo.

Por suerte, la mayoría son gente como Ferran y sus amigos, y la propia juventud es la que da lecciones de civismo y educación a aquellos que todavía no respetan las normas de convivencia. Desde aquí, quiero agradecer a estos jóvenes, que de manera desinteresada recogieron toda esa suciedad por su ejemplaridad y ayuda a contribuir a que tengamos cada día un pueblo mejor.

Cuando suceden actos vandálicos, la mayoría de la gente nos dice que, con cámaras, todo esto se terminaría, pero no podemos convertir el pueblo en un Gran Hermano. Además de que no sería legal poner cámaras en las plazas del pueblo por estos asuntos, tampoco considero que sea realmente la solución.

Lo que es fundamental es la educación, aquello que se enseña en casa. Puesto que esta depende de los padres y las madres, si no respetan lo que es de todos tampoco lo respetarán sus más allegados, es por eso que los valores que se transmiten tienen que importarnos y mucho a todas y todos. Como suele decirse, hay que predicar con el ejemplo.

Alcalde de l’Alcora