Dedicaba este espacio la semana pasada a recalcar el problema de inseguridad en la ciudad de Castellón. Y retomo la cuestión, porque considero que la solución, lejos de estar más cerca, está más y más lejos ante la negativa del equipo de gobierno a tomar medidas.

Esta misma semana se ha conocido que los delitos en Castellón de la Plana se han incrementado en un 5,2% en el primer trimestre del año. Son datos oficiales del Ministerio del Interior, sin trampa ni cartón. El malestar de los vecinos, especialmente de Marjaleria, urbanizaciones de montaña o del entorno de determinados barrios y espacios públicos, por tanto, no solo es una percepción, sino que está más que certificado.

Desde el PP lamentamos la negativa de la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, a aumentar el número de efectivos de la Policía Local para reforzar la seguridad en nuestra ciudad. Castellón tiene una extensión de más de 107 kilómetros cuadrados y una población de más de 174.000 habitantes. Pero hay días que solo hay una patrulla de la Policía Local vigilando a pie de calle. Es decir, dos agentes para toda la ciudad.

Por eso, esta semana en el pleno presentamos una moción pidiendo que se cubran las plazas vacantes en la plantilla de la Policía Local: más de 50 puestos. Una vez más, la petición ha sido desestimada por el rodillo del PSOE, Compromís y Podemos. ¿Cómo es posible que la izquierda de esta ciudad ningunee de esta manera a los castellonenses?

Recuerdo que Marco es la máxima responsable de la Policía Local de Castellón, un cargo que es mucho más que pasar revista a la plantilla el día del patrón San Miguel. Castellón no es una ciudad sin ley, ni mucho menos, pero tampoco es el oasis que los partidos del Acord de Fadrell nos tratan de vender. Plazas como Constitución o Segon Molí, o zonas como la Marjaleria, son objeto de actos vandálicos, molestias o robos que suponen una problema para los afectados. Hacen falta agentes a pie de calle. Los castellonenses tienen la razón.

Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón