Esta semana he pasado varias noches acompañando a un paciente en la Unidad Quirúrgica del Hospital Provincial. Resulta curioso ver lo poco que valemos cuando vienen mal dadas.

El caso, queridos lectores, es que quiero usar esta humilde columna para felicitar al personal sanitario de la citada sala, al de Urgencias y al de Quirófano, por su buen hacer. Enfermeros, auxiliares, médicos, administrativos, personal de limpieza… Todos han tenido con nosotros un comportamiento de lo más profesional, y nos han dispensado un trato humano de gran valor.

Más allá de lo mal que está la sanidad pública valenciana, con políticos incompetentes y mandos mediocres al timón de la embarcación, su atención sigue siendo buena. Y lo es gracias al leal saber hacer de los profesionales de la salud. Lo he dicho muchas veces, y hoy, más que nunca, quiero gritarlo a los cuatro vientos.

Gracias a Juan, a Consuelo, a Hilario, a Elvira, a Jara, a Inma y al resto. Porque recibir un trato serio, formal, profesional y a la vez cariñoso, afectuoso, humano y digno cuando se está bien jodido es más que necesario. No tengo más que palabras de agradecimiento hacia quienes han hecho posible que haya vivido un milagro. Que haya visto cómo la ciencia, el talento y el compromiso, al servicio de las personas, salva vidas.

Escritor