Parece que fue ayer pero estamos a punto de alcanzar el ecuador de la legislatura. La apisonadora que ha supuesto la pandemia del coronavirus a nivel personal y administrativo para cualquiera de nosotros es más evidente si cabe cuando echamos la vista atrás y vemos todo lo que hemos conseguido en solo dos años. En el periodo más difícil para la gestión municipal hemos logrado abrir el colegio Regina Violant y derribar el edificio 167 del Grupo B, que acumulaban años y años en el olvido.

El Pacte de la Vila también ha conseguido sacar adelante precisamente esas, las obras de la Vila. De promesas hemos pasado a hechos con la primera fase de obras ya ejecutada y la plaza Mayor en concurso público para que se presenten las empresas interesadas. La actuación cuenta con cofinanciación de la Unión Europea a través de Feder, como los que han permitido invertir en eficiencia y los que pondrán en valor el Auditori Les Boqueres como centro socio-juvenil.

La subvención europea de cinco millones de euros ha transformado (y seguirá haciéndolo en un futuro) Almassora a través de un carril bici que era inexistente y no deja de crecer, alumbrado eficiente en lugar de antiguas bombillas, reserva de fondos para comprar la pantalla verde del Serrallo y tantos otros. Porque las obras como las de San Jaime o la Vila no se han paralizado en un ecuador de legislatura marcado por los millones de euros invertidos en desinfección, elementos de protección, contratos a empresas locales, becas, ayudas de emergencia de Servicios Sociales, ayudas directas a autónomos y tantas otras medidas que se han desarrollado encaminadas a paliar los efectos de una pandemia mundial desconocida.

En este corto, y sin embargo, tan intenso periodo de tiempo hemos logrado la primera bandera azul para la playa de Benafelí al tiempo que perdemos un honor mucho más dudoso: haber heredado el título de ser el municipio con más barracones de la provincia. La herencia del Partido Popular queda para la hemeroteca cuando estamos a una semana de que empiecen las obras del colegio Santa Quitèria y en julio arranque la construcción de Embajador Beltrán. Con tanto tiempo que tuvieron no sacaron adelante lo que más necesitábamos. Cuestión de esfuerzo haberlo logrado plantando cara a las dificultades, pandemia mundial incluida.

Alcaldesa de Almassora