Ayer, muchos españoles quisimos manifestar de manera pública nuestro rechazo a los indultos que pretende conceder el Gobierno de Pedro Sánchez. Unos lo hicimos desde la calle. Otros han estado firmando. Y otros muchos, aunque no lo hagan públicamente, repudian igualmente esa intención del Ejecutivo central.

En cualquier país del mundo y ante cualquier tipo de delito, que el delincuente quede impune provoca rechazo, porque demuestra que no todos somos iguales ante la ley. Y eso, sin paños calientes, denota siempre falta de Estado de Derecho y de democracia.

Pero si además, la motivación para usar de esa figura excepcional que es el indulto es únicamente para perpetuarse en el cargo, todavía es más reprobable. Porque no hay duda: por más que se quiera adornar, esa es la intención de Pedro Sánchez.

Quien no creía en los indultos; quien pedía firmeza de la Justicia ante los delincuentes sediciosos y malversadores; quien apoyó la aplicación del 155 de la Constitución frente al atropello independentista… ha mutado sus principios (otra vez) para dar a los independentistas catalanes lo que sea con tal de seguir en La Moncloa.

Y además resulta que quienes nos manifestamos en contra somos extremistas intransigentes.

O sea, que quienes pedimos que se cumplan las leyes y que estas se apliquen igual para todos, como rezan los artículos más importantes de nuestra Constitución, somos los que «dificultamos la convivencia». Como decimos en mi pueblo, va, home, va!.

Hace unos días, una plataforma que defiende la vigencia de los valores y principios de la Constitución de 1978 convocó una concentración de repulsa en Madrid. Y otros colectivos, como el Partido Popular, también en muchas otras ciudades de España. Y hemos pasado la semana mediática evaluando si habría foto de Colón, como si fuera eso lo importante. Pues bien, que le pongan el título que quieran y que le den las lecturas que quieran, pero que nadie olvide lo fundamental: el Gobierno pretende indultar a los condenados por delitos que en su día (no conviene olvidarlo) pusieron en peligro seriamente la convivencia, la democracia y el Estado de derecho.

Ellos, sí. No quienes se manifestaron ayer y firman contra los indultos. No conviene olvidarlo.

*Senador por el PP