Ser distinguido con el premio Seny Onder que otorga cada año el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda es el orgullo más grande que puede recibir un ondense de corazón, porque en este premio va el reconocimiento, el respeto y la admiración de todo un pueblo hacia una persona o una institución.

En este año tan duro, este merecido galardón se ha ido a la residencia de mayores Monseñor Fernando Ferris. Allí, en medio de la oscuridad y de la incertidumbre con la que nos golpeó en 2020, nuestros vecinos más vulnerables encontraron una luz, una mano amiga y todo el afecto y cuidados necesarios para hacer frente a esta pesadilla del covid-19.

Es un premio a quienes se lo debemos todo, nuestros mayores, quienes nos han enseñado a querer nuestra tierra, trabajada piedra a piedra y cimentada desde los valores cristianos, que son los valores que dan sentido a una sociedad.

Es un premio a todo un equipo integrado por 46 profesionales, desde los médicos a los auxiliares de enfermería, y desde el cura al personal de limpieza, que se han entregado en cuerpo y alma por cuidar de los 54 usuarios de la residencia, demostrando el valor humano en estos momentos difíciles.

Y este es también un premio a los valores de la Iglesia Católica: la caridad, la solidaridad y la fraternidad que definen a los cristianos.

Este es un gran ejemplo para las futuras generaciones de ondenses y un motivo de orgullo para todos los católicos. Ante aquellos que reniegan de nuestras raíces y nuestra religión, hoy es día de reivindicar la fe que mueve montañas y consigue llevar adelante grandes proyectos sociales como la residencia Monseñor Fernando Ferris.

*Concejala de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Onda