Pedro Sánchez decía que era rebelión, que nunca indultaría a los golpistas y tantas cosas más que ha incumplido. Ya es un clásico, no solo miente, sino que hace lo contrario de lo que dice. Así que ahora va a indultar a todos los que quisieron revertir el orden constitucional español y declararon unilateralmente la independencia de Cataluña, en contra de la voluntad de al menos la mitad de los catalanes y de cualquier legalidad.

Son delincuentes, condenados por sedición cuando podrían serlo por rebelión. Y esta indignidad no se basa en ninguna razón de justicia, equidad y conveniencia como exige la Ley. No ha habido arrepentimiento e incluso vocean que lo volverán hacer. Lo único que quieren es la república catalana (que no existe, imbécil).

La mayoría de la población, a pesar de que los medios afines machacan para justificarlo, se opone. Tiene en contra el informe de la fiscalía y del TS que por unanimidad lo rechaza, lo considera inaceptable y debería controlar que no sea arbitrario, ni se ejerza con manifiesta irracionalidad y que no sea un autoindulto prohibido por el art.102.3 de la Constitución. La única y auténtica razón reside en el interés egoísta del presidente del gobierno socialcomunista que quiere mantenerse en el poder y necesita satisfacer a sus socios podemitas, separatistas y bilduetarras, que le dan los votos necesarios para intentar estar en la Moncloa algún añito más.

Le da igual desgobernar España con quien quiere romperla. El indulto es un insulto a todos y salvará a los golpistas, pero supondrá la caída definitiva de quien lo da.

*Notario y doctor en Derecho