El lunes, los nuevos ministros y ministras y vicepresidentas del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos prometieron sus cargos. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, hizo uso de la fórmula «Consejo de ministras». Una denominación interesante y necesaria para visibilizar la realidad. En los lugares donde se toman decisiones importantes para las personas estamos las mujeres, por fin.

Harían falta más palabras para describir de forma detallada el proceso que se inició por las propias mujeres, por los movimientos de emancipación e igualdad, también impulsado y ejercido al interior de los partidos políticos y sindicatos de izquierda. Intentando hacer un resumen de las acciones de las mujeres y las plataformas en las que nos integramos, podemos mencionar la obtención de derechos de ciudadanía, y la metamorfosis de estereotipos referidos a los roles de género haciendo posible una notoria presencia de las mujeres en los ámbitos económico, social y político. Gracias a estas luchas hemos construido nuestras identidades, logrando repercusión en decisiones que afectan a nuestras realidades específicas.

Hoy el gobierno central cuenta con 22 ministerios, de los que 14 están encabezados por ministras, y tres vicepresidentas. Es decir, en la mesa del Consejo de ministros y ministras se sientan más mujeres que hombres, un 64,6%. Vamos mejorando en la representación igualitaria.

El déficit de representación femenina, que venimos revirtiendo desde hace pocos años, se convirtió en un problema de legitimación para las democracias en todo el mundo. El aumento de mujeres en los parlamentos y en puestos de toma de decisión, influye de manera positiva en el cambio cultural, aminorando la indiferencia acerca del papel de las mujeres en el ámbito político.

Hace 15 años Michelle Bachelet lo decía en el Seminario internacional sobre paridad de género y participación política en América Latina y el Caribe: «es una clara excepción que una mujer ocupe la primera magistratura de un país o que haya paridad en un consejo de ministros. Es necesario que sigamos avanzando mucho más para que esta excepción deje de serlo».

Las mujeres tenemos un papel decisivo, también las de grupos minoritarios, y para ello debemos seguir con fuerza lo que iniciamos hace unos años. Debemos seguir dando el paso, poniéndonos al frente y decir que queremos hacer política, estar en los sitios donde se toman decisiones, hacer leyes que beneficien a todos y todas por igual, y donde haya una desigualdad, corregirla. Debemos dejar claro que queremos gestionar nuestra ciudad, nuestra autonomía, nuestro país, porque si no lo hacemos, otros lo harán por nosotras.

El creciente acceso de las mujeres a la vida política, además de estimular a las mujeres jóvenes, de origen migrante o racializadas, con diversidad funcional o mujeres mayores, promueve una conciencia social igualitaria y facilita la transformación en las instituciones y en la cultura política de nuestra sociedad.

Diputada autonómica de Podemos por Castelló en les Corts