El Partido Socialista ha entrado en un proceso de descomposición en todos los niveles. La primera muestra son sus decisiones de espaldas a las necesidades de los ciudadanos y sin rumbo alguno.

El cambio de más de la mitad del Gobierno central dependiente del PSOE demuestra que el mismo Sánchez hace una enmienda a la totalidad de la gestión realizada estos años, sin darse cuenta que a partir de ahora todo fallo será responsabilidad íntegra de Sánchez, como el entrenador que cambia a la mitad del equipo. Por otro lado, deja claro que en España tenemos dos gobiernos, uno del PSOE y otro de Podemos, que por mucho que sus ministros trabajen más por hundir sectores como el ganadero, en lugar de mejorar la situación de los españoles, no tienen consecuencias, ya que se deben únicamente a su partido. Desde ahí maniatan las políticas del Estado, como se ha visto con la situación de Cuba, donde el PSOE ha dejado de lado a los cubanos que sufren la supresión de derechos civiles y la persecución por sus ideas al no admitir que Cuba es una dictadura.

Esa descomposición la vemos también a nivel municipal con un tripartito que no es capaz de aprobar unos presupuestos a tiempo y llevan ya dos años aprobándose siete meses tarde, echando la culpa a los técnicos de un problema político entre unos partidos que miran más por sus intereses que por los castellonenses, que vemos cómo en julio solamente se ha ejecutado un 7% del presupuesto en plena emergencia social.

Esa descomposición se visualiza con una mayoría social que deja de ser silenciosa tras no escucharles en el Plan General, ni en la reforma de Lledó, ni en tantos casos. Se refleja en las encuestas y posteriormente en las urnas, un derecho que no podrán ejercer los cubanos que viven bajo una dictadura con el silencio cómplice del socialismo español.

Secretario general y portavoz adjunto del PPCS