Vivimos un julio con un ambiente más caldeado políticamente que años anteriores. Los presidentes están quemaditos con sus socios de gobierno a nivel estatal y autonómico. Vemos a un Pedro Sánchez desconfiado con los suyos y dando puerta a sus escuderos y a un Ximo Puig que prepara el terreno ante un posible adelanto electoral. Ya lo decía mi madre: ¡Los matrimonios de conveniencia nunca fueron buenos!

Entre postureo y ocurrencias, este calor político se contagia a los ciudadanos cuando se llevan a cabo medidas poco lógicas en sanidad, turismo y educación. La última que está haciendo sudar tinta a los profesionales de la educación es el desmantelamiento de los Servicios Psicopedagógicos Escolares del sector (SPE), sin consenso y sin negociación que ha provocado la dimisión de 24 directores de los 34 que disponían de estos servicios. Resulta muy descortés no contar en la elaboración de este modelo de orientación con los especialistas que llevan más de 30 años trabajando por una educación inclusiva.

Este ocultismo por parte de la Conselleria ha provocado manifestaciones en defensa de un modelo de excelencia, participación y transparencia. No es para menos el cabreo cuando se pone en juego el futuro de la orientación y la inclusión educativa, con un modelo no consensuado con especialistas que puede estar abocado al fracaso por tener a su personal frustrado ante tal decisión.

Desde Ciudadanos pedimos diálogo, que no se destruya lo que funciona y que se trabaje por un modelo de orientación que cubra las necesidades escolares reales, dotando de más orientadores en los centros educativos para aproximarnos a la ratio recomendada por la Unesco de un orientador por cada 250 alumnos, ya que en nuestra comunidad es más del doble. En definitiva, empecemos a dialogar más y a caldear menos.

Diputada autonómica de Cs