Esta semana hemos vivido un nuevo esperpento protagonizado por el Partido Popular de Almassora: el sainete De la caldera a la firma. Quienes se hartaron de pedir que les concediéramos la caldera de honor en mayo a los sanitarios han pasado ahora al castigo. A recoger firmas para no conceder vacaciones a los profesionales de los centros de salud, que este año se han reorganizado para poder tomar su periodo de descanso y atender el creciente aumento de casos covid mientras suben el ritmo de vacunación para llegar cuanto antes a todos los jóvenes de la población.

Gracias al PP muchos vecinos de la zona oeste se han asustado y han llamado para saber si tenían que buscar otro médico y si era verdad que se cerraba su consultorio. No es que se haya cerrado un centro de salud, es que se ha abierto un punto de vacunación. La portavoz del PP, María Tormo, que ahora me llama vendehumos, es la que dijo que no dispondríamos de este centro de vacunación en Almassora. Asómese por el centro social de San Felipe, que igual se lleva una sorpresa y esta semana se encuentra una cola de veinteañeros recibiendo su dosis contra el covid.

No se sorprendan si la primera semana de septiembre ven operar con normalidad el centro de Pío XII. No es gracias a las firmas del PP ni a sus fotos. La coordinadora médica, Gemma Monforte, a la que yo sí deseo su merecido descanso, como a sus equipos, firma la reorganización de los dos centros en agosto para facilitar la atención ciudadana y aunque esperaba el apoyo de todos, lamento que no lo haya encontrado en el PP, que de aplausos y héroes y calderas sí, pero de derechos laborales, no tanto.

Señora Tormo, puede traer a quien quiera a hacerse fotos donde le plazca (cada uno entiende lo de trabajar a su manera), pero no olvide que el humo que vendo es el que salió del derrumbe del Grupo B y el que tapó su cartel «provisional» de 14 años de barracones del Regina Violant.

Si no le gusta ese, compre un cañón de humo y tape la imagen del pleno municipal para que no veamos cómo no apoyó la construcción del colegio Santa Quitèria y la de Embajador Beltrán.

Le hará falta muchísimo humo para poder hacernos creer que es el adalid de la sanidad y la educación públicas cuando no supo defender ni los intereses de su propio colegio.

Alcaldesa de Almassora