Agosto es un mes que propicia la reflexión, la calma necesaria para analizar una realidad que viene cargada de dificultades desde hace diecisiete meses.

Varias encuestas realizadas recientemente entre jóvenes de todo el país arrojaban porcentajes elevados de desafección hacia la política y las instituciones, con un sentimiento de no ser escuchados ni asistidos por las políticas públicas. Además, en estos estudios sociológicos trasladaban desasosiego, decepción, cansancio y desconfianza hacia el sistema. Es muy preocupante que el futuro de esta sociedad no sea optimista.

La responsabilidad de los partidos políticos representados en las instituciones públicas tiene que ser contundente a la hora de responder a las necesidades de los jóvenes, una parte importante de la población que ha sufrido con dureza esta pandemia y la crisis económica y social que ha provocado.

Ellas y ellos son un presente imprescindible para caminar hacia el futuro. Sin la población joven la sociedad no puede avanzar. Quienes formamos parte de las administraciones públicas debemos seguir insistiendo en la necesidad de incorporar a los jóvenes a la vida ciudadana y, sobre todo, laboral. Una sociedad no puede permitirse que sus jóvenes sufran decepción y falta de expectativas. El momento que vivimos requiere de toda la entereza y firmeza política, requiere de diálogo y acuerdos, de remar juntos para lograr la recuperación económica y social que precisa la ciudadanía, como precisa la población joven. Dar respuestas y acabar con la crispación que se ha instalado en las instituciones desde la derecha y la ultraderecha. El lenguaje del odio y la confrontación no va a solucionar los problemas sociales. Por ello se hace urgente en este país el entendimiento.

Prudencia

Por otra parte, mañana comienza el mes de agosto, ese periodo estival que la mayoría de la sociedad elige para descansar y reconectar con la vida. Son muchas las personas que ralentizan el tiempo durante este mes, que priorizan la tranquilidad de los días veraniegos. No dejamos de convivir con la pandemia del coronavirus y las cifras de contagios que no cesan. La prudencia debe acompañarnos en cualquier actividad. Seguimos protegiéndonos y protegiendo a los seres queridos. Seguimos siendo responsables, precavidos y solidarios.

La vacunación masiva sigue avanzando y ahora es la población joven la que está dando ejemplo de su responsabilidad cívica acudiendo a vacunarse. Ellas y ellos han pasado un año y medio difícil, con la complejidad del confinamiento, de las restricciones también en la actividad docente, que fue ejemplar, y la juventud contribuyó especialmente a los buenos resultados de la pandemia en los centros educativos. La juventud también debe protegerse y proteger.

Las administraciones públicas no cierran en agosto. Siguen funcionando al servicio de la ciudadanía, como sucede, con la sanidad pública. La comunidad sanitaria está dedicada de lleno a cuidarnos, a vacunarnos y a velar por nuestra salud. Un colectivo que merece todo el reconocimiento de la sociedad, como también lo merecen los cuerpos de seguridad que están dedicados al control del cumplimiento de las normas preventivas sanitarias anticovid.

Alcaldesa de Castelló