Corazón. Con cada latido, mueve el mundo. Nos da la vida. Se acelera ante las emociones. Se rompe con cada adversidad. Nos emociona y conmociona. El corazón es el motor que todo lo activa. El órgano del cuerpo que hay que mimar y dejar que sea mimado. 

El mío se ha llenado de indignación a cuenta del corazón de una persona allegada a mí. Esta misma semana acudió al Hospital General ante un problema de un familiar. Y ahí comenzaron las dificultades. 

Y es que después de pasar horas esperando en el servicio de Urgencias, y cuando consiguió que las pruebas le fuesen realizadas, le fue detectada una isquemia. Y con el diagnóstico en la mano, lo mandaron a casa. Su cita con el especialista será… en OCTUBRE. Sí, octubre. En Castellón no hay cardiólogos hasta el próximo mes de octubre. Literal. 

Así está la sanidad. Con magníficos profesionales, pero llena de vacantes de personal, sin inversión que garantice la calidad en la atención y la celeridad que las patologías requieren. Faltan médicos, faltan pediatras, faltan enfermeras… Nuestro sistema no está preparado para afrontar la embestida del covid año y medio después. Y atender esta urgencia supone, además, dejar de lado al resto de enfermedades, que siguen produciéndose sin que puedan ser detectadas, prevenidas, combatidas…

Nuestra sanidad, la que siempre había sido la bandera de nuestro Estado del Bienestar, está gravemente herida. El PSOE recorta donde más duele, donde no se debería meter la tijera. Los que vinieron con la promesa de ser salvadores de lo público se han convertido en los principales impulsores de lo privado. Este paciente ya tiene cita para la semana que viene, pero con un cardiólogo de pago.

O pagas, o te mueres.

Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón