Se está hablando mucho (otra vez) de la financiación autonómica, ese modelo que se aplica desde hace años y perjudica notablemente a la Comunitat, amén de ser injusto. De hecho, casi estamos a la cola en materia de financiación, con los perjuicios que esto genera sobre todo en materia de servicios públicos.

En el resto del estado español se tiene una idea equivocada de la situación de la Comunitat Valenciana. Creen que nadamos en la abundancia. Y flaco favor nos hizo el expresidente Camps cuando dijo aquello del «Levante feliz». Sería para él.

Lo que se pide es algo tan lógico como que se aplique la financiación en función de la población. Cuanta más gente, más necesidades se tienen. Somos conscientes de que en algunas zonas (la España vaciada), la aportación tiene que ser la que cubra las necesidades básicas aun cuando por habitante supere la media. Pero esa solidaridad tiene que ser compartida por todos, y no lo que está ocurriendo ahora, cuando un ciudadano de la Comunidad, percibe del orden de 230 € menos que la media española.

No puedo dejar de comentar la situación de la provincia de Castellón. Si la Comunitat está mal financiada, Castellón esta peor. Y a los datos me remito, ya que por su peso poblacional, el mismo que exigimos para la financiación autonómica, le corresponderían muchos más recursos de los que recibimos. Recientemente en este medio se han publicado datos sobre lo que se aporta al PIB, autonómico y estatal, por parte de la ciudadanía de la provincia. Y se ha hecho público lo que ya sabíamos, que somos los que más aportamos per cápita y los que menos recibimos, la última a nivel autonómico y de las últimas a nivel nacional.

Servicios de urgencias tercermundistas

Se habla de invertir en sanidad en la Comunitat. Perfecto. Es necesario. Pero desde UGT entendemos que donde más se necesita es en Castellón, con unos servicios de urgencias tercermundistas, con un déficit de camas hospitalarias, de centros asistenciales y personal, generándose listas de espera de 240 días, cuando en otros puntos de la Comunitat la media es de 40 días. Hay que ampliar las especialidades de los ambulatorios del interior. No es de recibo que para una resonancia haya que desplazarse desde Vilafranca hasta Castelló, por ejemplo. ¡Ojo! Hay que tener en cuenta que gracias a la actitud, y aptitud, del personal sanitario, se van solucionando los temas, pero no se pueden hacer milagros sin recursos.

Y más recursos en infraestructuras, que hasta que no han liberalizado la autopista, no teníamos ninguna vía rápida en nuestra provincia. La autovía Mudéjar discurre por parte de ella, porque no había más remedio. Y la CV-10, que tenía que llegar hasta La Jana y vertebrar el interior, se ha quedado en Cabanes, sin visos de continuar.

Y del tema de la despoblación, de la que todos hablan, y hasta hace poco, nadie ha hecho nada. En este aspecto, justo es reconocer que parece que empieza a cambiar, como es la inversión de la corporación provincial en el Penyagolosa. O, la ayuda a Marie Claire, en forma de préstamo, por parte de la Generalitat. Hay que tener en cuenta lo que representa esta empresa para toda una comarca. En UGT llevamos años reclamando actuaciones en el interior provincial.

Por todo lo anterior, es evidente que la provincia necesita inversiones en materia de servicios públicos e infraestructuras. Si con lo que tenemos hemos sido capaces de hacer lo que hemos hecho, ¿alguien se imagina si estuviera la CV-10 terminada, o la N-232 convertida en autovía, lo que generaría en implantación de empresas a lo largo de su recorrido, sobre todo por el interior, y en aumento de turismo? ¿Alguien se imagina una red de servicios públicos y conectividad en el interior, con lo que se generaría en afluencia de población (teletrabajo, servicios...)? Dejemos de imaginar, y a quien le corresponda, que empiece a ser justo con la ciudadanía de la provincia de Castellón.

Secretario General UGT Comarques de Castelló