La eterna escalada del precio de la luz, ante el cóctel de silencio e incompetencia de los socialistas y Podemos que hoy ocupan los mandos del Gobierno de España, es una clara muestra del desinterés manifiesto por abordar temas que afectan directamente al devenir diario de los ciudadanos por parte de los responsables políticos.

En nuestra provincia, al igual que en la Comunitat, en un par de meses viviremos la nueva proclama, a modo de anuncio, que Puig nos dirigirá al grito de las inversiones para el desarrollo de la provincia. Sin embargo, sea cual sea el anuncio que se presente, sin ninguna duda aseverará el fracaso de los anteriores anuncios. Puig lleva repitiendo más del 85% de las inversiones para la provincia en los últimos 6 años. El grado de desarrollo, de cumplimiento de las promesas de Puig con la provincia de Castellón, se sitúa en poco más del 10%.

Recientemente ha sido publicada la cuenta general de la Generalitat, y los datos no pueden ser más elocuentes. El año pasado se quedaron sin ejecutar más de 256 millones de euros que estaban previstos, cantidad que viene a engrosar los fracasos de años anteriores. Así, entre 2016 y 2020 el gobierno de Puig anunció y no ejecutó obras e inversiones por valor de 1.347 millones de euros. Son, por tanto, anuncios vacíos de contenido y fracasos clamorosos de un Consell que anuncia pero no ejecuta.

El problema de los anuncios e inversiones incumplidas por Puig se agrava hasta la cronicidad en la provincia de Castellón. Puig ha apagado la provincia en desarrollo y futuro. Desde 2016 de forma matemática y sistemática lleva repitiendo el grueso de las inversiones para la provincia. Los mismos colegios, los mismos centros de salud, la reforma del Hospital General, la del Provincial, el edificio de Borrull, ronda suroeste de Vila-real…, casi el 90% de las grandes inversiones son las mismas anualmente, constatando los manifiestos incumplimientos de una política, la de Puig, basada en el anuncio, la venta, pero sin que la realidad llegue a materializarse. Puig ha pasado de ser el hombre anuncio al incumplidor con la provincia de Castellón.

Para avalar mis palabras simplemente hay que buscar la sufrida hemeroteca. En noviembre de 2020, una vez presentados los presupuestos, se anunció que el plan Edificant para la provincia estaría dotado en 2021 de 50,9 millones de euros. Lo cierto es que la dotación fue de 34 millones, un 33% menos de lo anunciado, pero lo peor es que a finales de junio no se habían gastado ni 3 millones, que es menos del 10% que realmente consta en los presupuestos. Con ese ritmo es lógico, como pasa todos los años, que Puig vuelva a engrosar la lista de anuncios de inversiones en la provincia, con sus manifiestos incumplimientos.

Al final queda demostrado que para Puig somos la última provincia, un reducto donde para quedar bien solo hay que repetir las mismas inversiones todos los años, aumentar las cifras de inversión, vender un buen titular de prensa, ya que parece que no importe si nuestra provincia se desarrolla más o menos. Desde que Puig gobierna, la provincia de Castellón ha perdido el ritmo de la prosperidad y la modernidad. El campo se muere, las conexiones logísticas siguen estancadas, el desarrollo viario está igual que hace años, las infraestructuras educativas y sanitarias van a ritmo de tortuga. Puig no tiene un plan para la provincia de Castellón, su único plan consiste en seguir vendiendo lo mismo, anunciar año a año las mismas inversiones y que pase el tiempo. En realidad, el único tiempo que debe pasar es el suyo. La provincia de Castellón merece muchísimo más de lo que Puig le da. Los castellonenses pagan impuestos como el primero de la Comunitat y reciben como los últimos. Si Puig ha decidido apagar la provincia, los castellonenses tenemos el derecho y el deber de volverla a poner en el mapa de la prosperidad y el desarrollo, le pese a quien le pese.

*Diputado del PPCV en Les Corts