El gran fracaso en Afganistán de las potencias occidentales lideradas por EEUU salpica a España y pone en evidencia flaquezas más que inquietantes en el proceder del Gobierno que estos días lidera Pedro Sánchez desde Fuerteventura, sin quitarse las alpargatas vacacionales y dirigiéndose a los españoles a través de Twitter, al estilo de Trump. Tarde y mal, ese es el resumen de la operación de evacuación que protagonizan las naciones aliadas, siendo nuestro país el último en reaccionar. La irresponsable actuación del presidente norteamericano, Joe Biden, reverdece el episodio protagonizado por su homónimo, Richard Nixon, en la huida de Saigón, tras la aplastante victoria de las tropas vietnamitas de Ho Chi Minh. Ahora han sido los talibanes, nada que ver esos bárbaros iluminados con el pueblo de Vietnam, quienes han destapado el tarro de la más vergonzante de las esencias de las potencias occidentales. La negligente actuación de la inteligencia al servicio de la Casa Blanca, la descoordinación de la Unión Europea y la evidencia de que la OTAN es cada vez más una entelequia que una realidad práctica, han dado como resultado el miserable abandono que está viviendo el pueblo afgano. Y Borrell, comisario de la UE, habla de diálogo con los talibanes. Siguiendo a China y Rusia.

Hasta ayer, más de 8.000 personas habían sido evacuadas en la gran chapuza del aeropuerto de Kabul, de las cuales sólo 53 lo han sido por la Fuerza Aérea Española. En aquel infierno esperan el embajador, varios funcionarios y policías nacionales. Nada se sabe de los centenares de afganos que confían poder escapar bajo la protección española. A ver si hoy Sánchez despega los labios y nos cuenta algo.

*Periodista y escritor