Este verano los pueblos de Castellón rebosan de alegría con niños y niñas jugando, corriendo por sus calles y nadando en sus ríos. Muchas personas, este verano, han querido escapar de playas masificadas y refugiarse en los pueblos del interior buscando la tranquilidad y la belleza de la naturaleza. Otras lo hicieron durante la pandemia escapando de las urbes y buscando el pulmón verde de estos municipios.

Pero la alegría de estos pueblos se apaga al finalizar el verano porque la soledad vuelve a campar por sus calles. Es el caso de nuestra provincia, que reúne a la mitad de los pueblos de la Comunitat en riesgo de despoblación. La falta de servicios, infraestructuras y empleo ha llevado a que los vecinos los abandonen en busca de mejores oportunidades, volviendo únicamente en periodo estival.

Esta situación lleva produciéndose muchos años y el bipartidismo de PP y PSOE, durante sus mandatos, poco se ha preocupado de dar vida a estos pueblos. Nos encontramos que, en pleno siglo XXI, existe una gran brecha digital y social. Desde Ciudadanos hemos solicitado un plan eficaz contra la despoblación y que las ayudas estatales tengan en cuenta estos municipios para mejorar su conectividad como factor clave para el desarrollo económico, empleabilidad y vertebración territorial y social.

Es más, apostamos por una bajada de un 60% en el IRPF a los habitantes de estos pueblos, por una tarifa plana de 30 euros para mujeres y jóvenes autónomos en el medio rural y por la supresión del Impuesto de Sucesiones para favorecer el relevo generacional en las explotaciones agrícolas y ganaderas. Hay que ofrecer recursos que garanticen una mejor atención sanitaria y educativa y favorecer ayudas a la accesibilidad de las viviendas. Porque, como decía el anuncio de Aquarius, ahora es el momento de adoptar un pueblo.

*Diputada de Ciudadanos