La Ley de Seguridad Nacional, que más bien es de inseguridad para todos menos para los que la establecen, es un escalón más en la deriva comunista totalitaria que lleva el desgobierno de Sánchez. El anteproyecto es un auténtico disparate que pretende sustituir la ley vigente, fruto del consenso PSOE-PP, en la que era el Consejo de Seguridad Nacional el que adoptaba las medidas necesarias en caso de emergencia. Ahora el presidente podrá dictar directamente un Real Decreto saltándose cualquier control. Atenta directamente contra las libertades democráticas y derechos fundamentales de los ciudadanos. Con esta Ley se pueden exigir prestaciones personales a toda persona mayor de edad. Pueden expropiarnos o incautar todos nuestros bienes. Pueden suspender la Ley de transparencia, que por otro lado, no cumplen. Pueden forzar a los medios de comunicación a colaborar, o sea que o repiten las consignas que reciben y obedecen las órdenes o los cierran. Pueden suspender los movimientos de capitales. En fin pueden hacer todo lo que les dé la gana.

Curiosamente algunos artículos reproducen con bastantes semejanzas la ley similar ¡de Venezuela!, espejo en el que parecen querer mirarse. Con ella Sánchez tendría plenos poderes sin control parlamentario ni de ningún tipo. Se podría convertir en un completo dictador.

Es evidentemente inconstitucional pero si tardan años en declararla le da tiempo al personaje para cargarse también el Tribunal Constitucional y todo nuestro estado de derecho.

Las ínfulas de Sánchez dan miedo. Cualquier cosa con tal de mandar.

*Notario y doctor en Derecho