En unos pocos días comenzará un curso político marcado, de nuevo, lamentablemente, por la pandemia del covid-19. Durante los próximos meses, el Botànic debería llevar a cabo sus programas y los partidos de la oposición deberíamos hacer eso, oposición, intentando mejorar las políticas aplicadas y fiscalizando al Gobierno, sin perder de vista que se trata de un curso político clave para sobreponerse a la pandemia y para la recuperación económica.

Sin embargo, la realidad es que algunos partidos parecen encontrarse ya metidos en plena campaña electoral: unos promocionándose y otros crispando el ambiente con disputas inútiles que no interesan a la gente o que incluso generan odio y división entre los españoles. Es el caso de esa obsesión de Ximo Puig, el conseller Soler y otros miembros del Consell con criticar a Madrid por absolutamente todo, en lugar de copiar, por qué no, lo que en Madrid ha funcionado, como las bajadas de impuestos que Ciudadanos siempre defiende y aplica donde gobierna. El «Madrid ens roba» es, además de incierto, un mantra muy peligroso.

Con o sin pandemia, los políticos debemos ocuparnos de lo que a los ciudadanos les preocupa y de lo que quieren que logremos con los impuestos que pagan: una sanidad eficiente, una educación de calidad, unos servicios de protección social adecuados y propuestas que generen crecimiento, riqueza y empleo en la Comunidad Valenciana.

Los ciudadanos no quieren anuncios, promociones ni autobombo. Quieren gestión, política útil y que lleguemos a acuerdos. Y es en lo que va a ocupar su tiempo un partido pragmático y liberal, el único, por cierto, como es Ciudadanos.

Síndica de Cs en Les Corts