La frase original fue tomada del comediógrafo Plauto de su obra Asinaria y decía así: «Lupus est homo homini» (lobo es el hombre para el hombre). No obstante, la versión más conocida es la de Thomas Hobbes, filósofo del siglo XVIII: «Homo homini lupus», el hombre es un lobo para el hombre. Y esto es lo que la frase me sugiere ahora, tras los negros acontecimientos mundiales. También Maquiavelo coincide en que el hombre es malo por naturaleza.

Me duele en el alma lo de Afganistán –tengo amigos pakistaníes, próximos a la zona-- y no puedo dejar de pensar en la frase de Hobbes, especialmente, por su denso contenido filosófico. Pero me resulta difícil digerir lo que acontece entre los talibanes para actuar como lobos hambrientos y sedientos de sangre. No puedo entenderlo. Entendería mejor a Rousseau, con graves reservas: «El hombre es bueno por naturaleza… y es la sociedad la que lo corrompe». Hobbes, en cambio, sostiene que el ser humano es malo por naturaleza, pues siempre privilegia su propio bien por encima del de los demás; así asegura la supervivencia.

No sé dónde situaría a quienes mantienen el poder en Afganistán. Pero está muy claro que aquel país es ahora un infierno. ¿Dónde están las libertades, dónde está la humanidad? ¿Cómo es posible sostener regímenes tan inhumanos? El terror desatado, las atrocidades cometidas alcanzan límites insospechados. Y, como decía un ya viejo, pero siempre de actualidad, eslogan: El silencio nos hace cómplices. Y eso es lo que hacen ciertas instituciones internacionales.

¿Cómo resolver el conflicto? La solución no es fácil, pero los hechos, el sufrimiento de los actores, las imágenes que vemos no tienen explicación. Es, simplemente, inhumano.

Profesor