Muchas mujeres afganas no pueden creer en las promesas de que seguirán trabajando y de que las niñas irán a la escuela.

La situación en Afganistán es terrible. La evacuación finalizó el pasado viernes. Se llevó a cabo de forma segura, pese a que se trata de una operación muy compleja, comparable con la crisis de Berlín de 1948, por el tiempo récord en que se montó. Nadie preveía el hundimiento del gobierno afgano de manera tan rápida. Las autoridades afganas no pudieron resistir más a los talibanes. Se tomó Kabul muy rápido, pese a que la ofensiva talibán perdía fuelle, la situación se agravó con las consecuencias que conocemos.

En España el esfuerzo conjunto de muchos ministerios, entre ellos el Ministerio de Interior y el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, para la evacuación de afganos y afganas es reconocido. La coordinación y la solidaridad del gobierno y la sociedad civil en estos momentos es muy importante. Lo dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, quien compareció en sesión extraordinaria de la Comisión de Asuntos Exteriores a inicios de esta semana. También la Ministra de Igualdad, Irene Montero, ha indicado que España ha sido uno de los países que «más capacidad de reacción ha tenido», ante una situación en la que era necesario actuar ya.

Todos los gobiernos del mundo deben seguir apoyando a las mujeres afganas y promover el trabajo de proyectos sobre el terreno. Las libertades por las que las mujeres afganas han luchado a riesgo de sus vidas, todo esto se está derrumbando.

Hace unos días tuve la oportunidad de seguir un programa de radio en el que una joven afgana de tan solo 20 años lloraba en los micrófonos, aterrada por lo que le toca vivir. Contó que nació el año en que las tropas de la OTAN llegaron a su país. Hasta ahora, solo conocía a los talibanes por las historias o vídeos de su madre. Ahora ve desde su ventana a los islamistas armados patrullando la calle y siente terror.

Se había avanzado mucho después de la caída de los talibanes en 2001. El gobierno afgano reconoció la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. En la constitución, incluso se equiparaban legalmente con los hombres. Pero esa misma constitución, que asegura a las mujeres la igualdad legal, dice otra cosa: que las leyes que contradicen los fundamentos del Islam no son válidas. Así pues, el sistema jurídico afgano está comprometido, por un lado, con las declaraciones universales de derechos humanos y, al mismo tiempo, con la sharia, un sistema jurídico que prevé castigos hacia las mujeres por el hecho de ser mujeres.

Evacuar mujeres y niñas afganas, así como defensoras por los derechos humanos es una prioridad, como también lo es poder otorgarles asilo. Es prioritario.

Diputada de Podemos por Castellón en Les Corts