El futuro de España pasa por la Comunitat Valenciana. Somos una tierra comprometida, próspera, de gente trabajadora, orgullosa de sus raíces y consciente de que el futuro se gana con esfuerzo, pero también con ambición e ilusión. Justo los dos valores que los gobiernos de la izquierda nos han arrebatado desde que asumieron una responsabilidad que les queda, a mi modo de ver, muy grande, porque los sillones y los sueldos nunca pueden ir por delante de las soluciones. Y así nos va.

La Comunitat se apaga. Han pasado seis (largos) años. Tiempo más que suficiente para hacer las reformas que se necesitan, pero que solo han servido para engordar la administración autonómica, colocar a los suyos y subirse los sueldos hasta el punto de que sostenemos al gobierno de la Generalitat valenciana más caro de la historia, y el que menos resultados está aportando.

Nunca el Gobierno valenciano había pintado tan poco. Estamos a la cola en materia de inversiones en infraestructuras, caso del corredor mediterráneo. Nunca nuestra comunidad había estado tan infrafinanciada. Nunca los castellonenses, los valencianos y los alicantinos habíamos tenido una administración tan endeudada, más de 51.000 millones de euros, una herencia que nos va a lastrar mucho tiempo. Nunca antes se habían hecho tan pocos hospitales, colegios, centros de mayores… Las semanas pasan, pero los avances nunca llegan.

Ximo Puig se jactaba estos últimos días de ser el único aspirante a la secretaría general de su partido. Mientras él centraba todos sus esfuerzos en seguir asegurándose el sillón –ha aprendido bien de su jefe en Madrid Pedro Sánchez--, los vinarocenses y benicarlandos vivían una dramática tromba de agua que todavía no ha entrado en su agenda de trabajo. Como tampoco lo ha hecho la de Moncofa. Ni la de Benicàssim. Socialista antes que president.

Hartos de mentiras

Los ciudadanos de Castellón, del conjunto de la Comunitat Valenciana, están hartos de que les mientan, de que les frían a impuestos, de que la ayuda que anhelan nunca llegue. Quieren un cambio de esta situación. Y este pasa por las políticas que desarrolla el Partido Popular.

Por eso, desde el PP, hemos puesto todo el talento de los hombres y mujeres de nuestro partido a trabajar. Liderados por nuestro presidente Carlos Mazón, hemos salido a las calles a escuchar y a recoger sus propuestas. Estamos demostrando que es posible hacer las cosas de otra manera, en positivo, como ya hace Ayuso en la Comunidad de Madrid, Moreno en Andalucía, López Miras en Murcia, Feijóo en Galicia… con menos impuestos, con reformas económicas y legales, poniendo el foco en la creación de empleo y en las personas.

La Comunitat Valenciana será la próxima. El Partido Popular ha elegido Valencia para cerrar su convención nacional los próximos 2 y 3 de octubre. Nuestra región, convertida en un gran foro de ideas para sentar las bases de futuro que necesitan el conjunto de los españoles. Una cita que cerraremos llenando de nuevo hasta la bandera la plaza de toros de Valencia, un escenario talismán cada vez que el PP ha celebrado un acto en ella. Comienza el cambio. Valencia llevará a Carlos Mazón al Palau de la Generalitat y a Pablo Casado a la Moncloa. Por el bien de los valencianos, por el bien de los españoles. Porque la unión hace la fuerza, y el PP ya es la solución imparable.

Alcaldesa de Vall d’Alba, diputada provincial y presidenta provincial del PP de Castellón