La reciente reunión de Pedro Sánchez con los separatistas es una clara evidencia de las prioridades del Gobierno de España. Ni la pandemia, ni la subida de la luz, ni la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana parecen importarle tanto al presidente como sentarse con quienes reniegan de España. Seguir durmiendo en la Moncloa y viajar en el Falcon nos está costando muchas humillaciones a los españoles.

No fue suficiente con los indultos, ahora se sienta en la mesa de la infamia con aquellos que quieren romper España y deliran con sus Països Catalans. Es lamentable ver cómo el presidente del Gobierno invierte más energía en mantenerse en el poder que en solucionar los problemas de los españoles y, qué decir, sentarse con los valencianos para la reforma de la financiación autonómica que tantos años llevamos reivindicando.

La Comunitat Valenciana sigue siendo tratada como autonomía de segunda y Puig, lejos de apostar por esta tierra, calla ante su jefe. Este ninguneo que sufrimos los valencianos, castellonenses y alicantinos no contribuye a generar riqueza ni a solucionar problemas. Esta pasividad provoca vulnerabilidad en la ciudadanía, que tiene que pagar más impuestos y una factura energética desorbitante que repercutirá en el encarecimiento de los servicios y productos.

Desde Ciudadanos seguiremos pidiendo igualdad entre todos los españoles y nos parece un desprecio que se unte a privilegios a determinados territorios. Estoy segura de que, si Sánchez gastara la misma energía que gasta con los independentistas en acordar reformas que abaraten la luz, mejor nos iría. Pero el problema es que este Gobierno está más centrado en las elecciones que en las próximas generaciones.

Portavoz adjunta de Cs en Les Corts