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Basilio Trilles

BABOR Y ESTRIBOR

Basilio Trilles

¡Basta ya!

El otro día leí un titular con el que coincido: «Se está alimentado a la serpiente de ETA». El entrecomillado fue una de las declaraciones de los representantes de la asociación Voces Contra el Terrorismo, que el pasado sábado se manifestaron en Mondragón para denunciar la bajeza del acto convocado por la organización Sare cuyo portavoz es el miembro del PNV Joseba Azkarraga. Junto a Otegi, uno de los muñidores principales de la operación de acercamiento de asesinos de la capucha a cárceles próximas al País Vasco.

El foco de atención era la campaña de apoyo, desde medios pro etarras, al asesino múltiple (se le atribuyen 82 muertes) Henri Parot, que en su día fue condenado a 4.800 años de prisión tras ser detenido en 1990 cuando pretendía colocar un coche bomba en la Jefatura Superior de Policía de Sevilla. Vomitiva campaña en la que la guinda de tanta amoralidad iba a ser una manifestación maquillada que escondía el aliento al bueno de Parot, héroe de la patria vasca, gudari ejemplar experto en el tiro a la nuca, o cualquier otra modalidad de carnicero psicópata, puesta en práctica siempre a traición. Menudo héroe, un héroe que deja a la altura del betún a grandes monstruos del crimen mundial.

Joseba Azkarraga, voz cantante de uno de los tentáculos entregados al blanqueo y distorsión de la realidad etarra, no se cortó para nada y tuvo la desfachatez de decir: «Estamos defendiendo al conjunto de derechos humanos para todas las personas, también para los presos y también para las víctimas». Desde luego, mucho están consiguiendo los diversos engranajes a los que siempre les ha ido bien ir de la mano de la cuadrilla de delincuentes que siempre fue y es ETA.

Foco mediático

Si estos días la atención mediática está puesta, de forma más que justificada, en el abyecto Parot, es menester recordar que existen otras y otros sicarios de la muerte que, tras una vida de sangre a espuertas, ahora gozan de un gratificante momento. Arropados por una porción minoritaria de extremistas que siguen viendo en ellos a los soldados del pueblo. Ahí está, entre otros, el venerable José Antonio Ruiz Kubati, condenado a 1.200 años de prisión por más de una docena de asesinatos, de los que cumplió 26 y que ahora desempeña el papel de portavoz de Sortu para temas relacionados con presos de ETA. O la angelical Inés del Río, que logró salir de la cárcel tras 26 años y eso que sobre ella pesaba una condena de 4.000 años por ser brazo ejecutor de numerosos atentados mortales, entre ellos el asesinato de 12 guardias civiles en el atentado de la plaza de la República Dominicana en Madrid. Del Río logró tumbar la denominada Doctrina Parot por la que podían ampliarse las condenas de etarras con largos historiales de sangre. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dio la razón a tan ejemplar ciudadana y en 24 horas estuvo en la calle. Otra compañera del crimen organizado, Idoia López Riaño, alias La Tigresa, solo cumplió 23 de los 2.111 por los que fue condenada y desde el año 2017 disfruta plácidamente de la libertad que arrebató para siempre a las 23 personas que asesinó en su día. Suma y sigue.

Demasiados beneficios está teniendo la recua de bestias pardas que llenó de dolor y miedo a la España democrática. Los etarras se benefician del sistema de libertades que atacaron. Es una ignominia tolerar actos de solidaridad con los más despiadados asesinos de este país en los últimos 45 años. Antes de lo de Parot numerosos criminales etarras han sido homenajeados en sus pueblos. Por la dignidad de las víctimas y la conciencia de todo bien nacido: ¡Basta ya!

Periodista y escritor

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