Querido/a lector/a, como tantos otros militantes de PSPV-PSOE de las tierras de Castellón me enteré por este periódico que el alcalde de l’Alcora, Samuel Falomir, quiere presentar su candidatura a liderar PSPV-PSOE, a ocupar el cargo de secretario general de la Comisión Ejecutiva Provincial. Circunstancia que si se mantiene y, al tiempo, Ernest Blanch, el actual secretario general, también quiere aspirar a renovar su cargo, provocará un proceso de primarias en el que los afiliados tendremos que decidir.
Estando así las cosas, permítanme cuatro reflexiones iniciales. La primera para señalar que no es algo nuevo. Y es que aunque González y Guerra las evitaron en la Transición bajo el lema de eludir confrontaciones, vienen desde la fundación del PSOE. La segunda para destacar que aunque alguna vez puedan provocar desajustes, son un mecanismo y una experiencia legítima que, además de pertenecer al campo de la democracia participativa, aparecen como el sistema más adecuado para una democracia moderna como la nuestra. La tercera para reclamar lo imprescindible, que gane presencia aquello que da razón al voto en libertad: el conocimiento y el contraste entre las argumentaciones y diferencias que motivan la presentación de dos candidaturas. La cuarta para advertir que, en el complejo mundo en el que vivimos, en ese lugar en el que es necesario mucha fuerza para impulsar proyectos políticos que reformulen y acerquen la justicia social y la política a los ciudadanos, hace falta que tras el debate entre posiciones, si es que existen, no aparezca un partido fragmentado , sino la imprescindible confederación de esas posiciones y equipos. El tiempo dirá. Mientras tanto seguiremos escribiendo.
Analista político
