El Periódico Mediterráneo

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Cristina Fernández

LA CLAVE POLÍTICA

Cristina Fernández

La sangre es roja

Para ser exactos de color rojo oscuro. Intentar cambiar su tonalidad, por ejemplo blanquearla, es ir contra las leyes más elementales de la naturaleza y eso siempre tiene consecuencias negativas. A corto, medio y largo plazo. No se puede alterar la realidad ni camuflar sus consecuencias. Como decía Joan Manuel Serrat «nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio». Sucede lo mismo a nivel político. Algunas formaciones parecen haber olvidado su ADN democrático y su tibieza con los totalitarismos demuestra, además de «sangre de horchata», una indiferencia que raya la complicidad.

El pasado jueves Ciudadanos en la Diputación de Castellón registró una Declaración Institucional en la que esperábamos contar con el apoyo de todos los grupos políticos. Las primeras líneas del texto despejaban cualquier duda sobre su objetivo. «La Diputación Provincial de Castellón muestra su solidaridad con las víctimas del terrorismo y su compromiso para salvaguardar su memoria; así como la repulsa a cualquier acto de homenaje a sus asesinos y terroristas por atentar contra la dignidad de las víctimas y de la convivencia». Fue nuestra respuesta al bochornoso intento de homenaje a un terrorista que cuenta con la friolera de 300 asesinatos en su cuenta, Henri Parot. Estábamos seguros que ningún partido se podía oponer a un acto de justicia con los que más han sufrido la lacra de ETA. Nos equivocamos. Aún no nos han respondido y se lo están pensando.

Compromiso con la memoria de los asesinados

En el terrorismo, como en la violencia de género, quien calla... otorga. El silencio es y será siempre la gran losa que entierra la memoria de las víctimas. Y, muy a nuestro pesar, nuestra declaración institucional no fue admitida a trámite para ser debatida en las comisiones previas al pleno. No pasa nada, la llevaremos como moción al próximo pleno. Como moción y como muestra de nuestro compromiso con la memoria de los asesinados. Es curioso como algunos partidos han hecho de la desmemoria histórica su bandera. Parece más fácil desenterrar represaliados de la guerra civil que condenar actos de homenaje a asesinos cuyas víctimas aún sufren sus secuelas. Curiosa esa falta de memoria para unos muertos sí y para otros no. La izquierda siempre comete el mismo error, grita con los crímenes del franquismo y se queda muda con Cuba, Venezuela o ETA.

¿Se imaginan un homenaje en Nueva York a los terroristas de las Torres Gemelas? ¿Y uno en París a los asesinos de 80 personas en la sala Bataclan? Pues en nuestro país, en España, se permite homenajear a un genocida en pleno año 2021. Una vergüenza que debería hacernos reflexionar sobre qué clase de sociedad estamos construyendo. Es su memoria histórica, la que blanquea conciencias y enturbia vidas. La misma que fabrica monstruos sanguinarios que dicen que la sangre no es roja.

Portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Castellón y teniente alcaldesa de Benicàssim

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