El Periódico Mediterráneo

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Joaquín Serrano

PUNTO DE VISTA

Joaquín Serrano

Pau Claris

Estamos en la guerra de los treinta años. España era un imperio, aunque en decadencia. El conde duque de Olivares idea la Unión de Armas, para que todos las regiones contribuyeran al ejército nacional con hombres y dinero en proporción a su riqueza. En la Corona de Aragón todos cumplieron pero Cataluña no quiso. En 1634 los tercios españoles derrotan a los suecos en Nördlingen, lo que hizo que Francia entrara en la guerra. Richelieu trata de aprovechar la insumisión de las tierras catalanas y ataca el Rosellón y la Cerdaña. La oligarquía catalana sigue sin querer pagar.

En 1640 los segadores se alzan en armas y Pau Claris, presidente de la Generalitat de Cataluña, reclama una república independiente pero el pueblo se rebela, se genera una auténtica guerra civil y Pau Claris decide entregarla al mayor enemigo de España. Nombra a Luis XIII de Francia como Conde de Barcelona. El 17 de enero de 1641 proclama la República catalana y en siete días pasa a soberanía francesa.

Los gabachos oprimen a la población, que odia a una oligarquía catalana que, curiosamente, sí financia al ejército francés. En 1652, después de una devastadora guerra, Juan José de Austria en nombre de Felipe IV expulsa a los invasores.

Pero la traición de Claris hizo que España perdiera su hegemonía mundial, el Rosellón y parte de la Cerdaña, dejó vía libre para la independencia de Portugal en 1668 y causó intentos secesionistas. En Andalucía con el duque de Medina Sidonia, Aragón con el duque de Hijar y Navarra con Miguel Iturbide, todos despreciables traidores sin éxito. Y España unida.

*Notario y doctor en Derecho

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