Hay semanas en las que un determinado asunto sobresale sobre todos los demás y es evidente sobre qué escribir. Hay semanas, como esta, en las que hay tantas cuestiones interesantes encima de la mesa que resulta imposible optar por una en concreto.
Podríamos hablar del flamante nombramiento de Amparo Marco como miembro de la ejecutiva nacional socialista. Podríamos felicitarla y a la vez advertirle de que ya brilla mucho más que la mayoría de sus iguales, por lo que ya despierta envidias y celos entre sus pares y debería cuidar su espalda. En esa línea podríamos felicitar también a Begoña Carrasco, por su anunciada candidatura para seguir presidiendo el PP local. Por lo que también le recomendaría lo mismo que a nuestra alcaldesa.
Podríamos hablar de las cacareadas ayudas a los damnificados por el volcán canario, que, como ya sabíamos, ni han llegado ni se las espera en el corto plazo. No es lo mismo predicar que dar trigo. Pedro Sánchez corrió como un gamo para plantarse en la isla de La Palma y anunciar que él y solo él es el gran salvador de propios y extraños. Pero hecho el anuncio, se acabó lo que se daba. Vivimos tiempos de efímera gloria catódica.
O podríamos hablar de la polémica surgida con los libros LGTBI que la concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Castelló, Verònica Ruiz, ha enviado a los institutos de la ciudad y cómo la ha liado de parda, pero… ¿Para qué? Cada cual piensa de una manera y en este tema es imposible alcanzar acuerdos.
Escritor
