Opinión | FIRMA INVITADA

De putas y puteros

Querido/a lector/a, hoy vamos a hablar de putas y de puteros. De mujeres y de hombres que ejercen y usan la prostitución. Y lo vamos a hacer porque es una realidad que está en la calle (parece que en España se prostituyen unas 350.000 mujeres pero, mira por dónde, no hay datos del número de hombres que la practican y que, en consecuencia, ayudan a provocarla). Pero también traigo el tema porque estas semanas el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido una ley para abolir la prostitución en España durante esta legislatura (un negocio alegal que según el Ministerio de Igualdad mueve unos 5 millones de euros al día).

Todo indica, pues, que se va a revivir el viejo debate entre abolir o despenalizar. Entre quienes consideran que la prostitución es incompatible con un modelo de sociedad que respete los derechos humanos y la igualdad de género (en consecuencia no se puede transmitir a nuestros hijos) y quienes consideran (como aquellas prostitutas que se encerraron hace 45 años en la catedral de Saint-Étienne de Toulouse) que es un trabajo como otro y que hasta que no se la corten a los tíos va a existir, por lo tanto es mejor despenalizarlo y regularizarlo, aceptarlo como una actividad que, frente a la desprotección que sufren estas mujeres, contenga y asegure un marco con derechos económicos, laborales, sanitarios, de abusos de terceros, etc. Además, las personas partidarias de la regularización dicen que si no es así, si se prohíbe, al final suele pasar lo que se vive en algún país abolicionista (Suecia), que perdura y, además, se hace clandestina.

Querido/a lector/a, el tema es actual y afecta a la realidad social y a la condición moral. El Gobierno parece que se decante por la abolición total y anuncia que está dispuesto a escuchar opiniones y enmiendas que la mejoren. ¿Tú que piensas?

Analista político

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