Opinión | Carta del Obispo

En el día de la Iglesia diocesana

Tanto de la Iglesia universal como también de nuestra Iglesia diocesana hay que decir que son un verdadero don de Dios

Un año más celebramos el Día de la Iglesia diocesana. Con esta Jornada se quiere ayudar a todos los católicos a tomar conciencia de nuestra pertenencia a una Iglesia diocesana, en nuestro caso a la Diócesis de Segorbe-Castellón, para conocerla, sentirla y amarla como propia, y corresponsabilizarse en su vida y misión.

Con frecuencia no se conoce qué es la Iglesia diocesana y se tiene una imagen falsa de la misma. Hay quien piensa que la Diócesis es un territorio, o un conjunto de servicios o una organización para perseguir unos fines religiosos. Incluso hay católicos y practicantes que la consideran como algo ajeno. Y, sin embargo, es mucho más que un territorio, servicios o estructura.

Nuestra Iglesia diocesana es una porción del Pueblo de Dios, extendido por todo el mundo. Formada por hombres y mujeres, los bautizados, tiene su origen en Dios mismo. La misma palabra Iglesia lo indica; es la traducción del griego ekklesía, del verbo ekkaleon, que significa convocar. Es la asamblea, la comunidad, convocada por Dios. La Iglesia diocesana tiene su origen en Dios; somos Su pueblo, el pueblo de su propiedad, elegido por Dios para continuar y hacer presente en medio del mundo la obra de salvación de Cristo. Tanto de la Iglesia universal como también de nuestra Iglesia diocesana hay que decir que son un verdadero don de Dios. La Iglesia es «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (LG 4).

Por el bautismo, Dios mismo nos incorpora a este su Pueblo y pasamos a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios. Por ello, como ocurre en la familia humana, ningún cristiano católico puede considerarse ajeno a la gran familia de la Iglesia diocesana: es nuestra iglesia y nuestra familia, y como tal la debemos conocer, amar y ayudar. La Iglesia diocesana, la formamos todos los católicos que vivimos en el territorio diocesano: Obispo, sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos y laicos. En ella se hace presente la única Iglesia de Cristo.

*Obispo de Segorbe-Castellón

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