Opinión | LA RUEDA
Joan Tapia
«¿Qué más tiene que pasar?»
Austria, con un gobierno de coalición de conservadores y verdes, ha decidido «encerrar» a la población no vacunada, que solo podrá salir de casa para trabajar (con prueba negativa de coronavirus), ir al médico o comprar en tiendas esenciales. La razón es el rebrote de los contagios. Los casos superan los 800 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días y afectan muy especialmente a los no vacunados. El canciller Alexander Schallenberg ha dicho que la medida era necesaria porque «el porcentaje de vacunados es vergonzosamente bajo (un 65%), y sin subirlo no podremos salir de este círculo vicioso». En Alemania, donde la infección alcanza ya los 300 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días (el 90%, no vacunados) y el Gobierno está en funciones, se preparan medidas similares. Christian Lindner, presidente del partido liberal, ha expresado sin complejos la nueva estrategia de acorralar a los no vacunados. Y el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, el presidente alemán, remachó el mensaje diciendo a los todavía no vacunados que estaban poniendo en riesgo no solo su salud, sino la de toda la población: «¿Qué más tiene que pasar para que se decidan a vacunarse?»
Y no es solo la salud. La Comisión Europea ha bajado la previsión de crecimiento de la zona euro. La razón está en los cuellos de botella de los suministros y en el repunte de la inflación, pero si el rebrote del coronavirus afecta a las campañas de Navidad en los países del centro de Europa el retroceso podría ser mayor. Las autoridades están convencidas de que el rebrote se debe principalmente a una tasa de vacunación relativamente baja, y que el aumento del número de vacunados frenaría la pandemia. Pero en estos países hay una parte de la población --jaleada principalmente por la extrema derecha-- que no solo es contraria a las vacunas, sino que protesta contra las medidas de prevención.
En los últimos días hay en España un lógico clima de pesimismo porque el rebote económico está siendo menor al esperado y la inflación se ha disparado. Es preocupante, pero justo es reconocer que la campaña de vacunación ha sido un notable éxito. Por eso algunos países del sur (España, Italia) estamos hoy mejor que los centroeuropeos.
Periodista
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