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Irene Gómez

LA CLAVE POLÍTICA

Irene Gómez

Necesaria reforma constitucional

Esta semana se ha hablado mucho de nuestra Constitución. Claro, el 6 de diciembre fue su día y había que alabarla o también, por qué no, buscar su reforma para mejorarla. Sabemos que la Carta Magna española, en comparación con otras de Europa, es la que menos actualizaciones ha tenido. Así, 62 modificaciones tiene la alemana, siete la portuguesa y 24 la francesa. Otro dato importante es que alrededor del 70% de los españoles y españolas no pudieron votar la Constitución del 78.

Miremos como ejemplo cercano Luxemburgo. Su Constitución necesita modernizarse y se está haciendo. El objetivo general de los defensores de la reforma es crear una constitución que mejore la transparencia entre las instituciones y los ciudadanos. Con los nuevos textos de revisión, el Gran Ducado recibe una constitución contemporánea que se adapta a los desafíos del futuro. Uno de los principales logros del texto constitucional modernizado es el fortalecimiento de las instituciones. Igual que en España. Estoy en modo irónico en on. Lo que no me agrada nada de esta reforma es que el Gran Duque sigue siendo el Gran Duque.

En Alemania también se aboga, desde el grupo parlamentario del partido Die Linke, por mayor participación ciudadana y un nuevo inicio en la reforma constitucional en la que se abordarían temas tan importantes como la situación de la familia y el sistema de educación pública, la lucha por la protección del clima y el logro de la neutralidad climática, que se incluirían en el texto como objetivos nacionales.

Ideas progresistas

En España, en el caso de una reforma importante de la Constitución, de acuerdo con ideas progresistas, temas como la protección de la madre tierra, la sostenibilidad, el ecologismo, el feminismo, así como el antirracismo, deberían incluirse en el texto de la Constitución como ejes fundamentales. También se debería revisar la participación de los residentes en el referéndum, del artículo 92 CE, sería un gesto político a todas aquellas personas que contribuyen al crecimiento del país, pero que aún no están naturalizadas, es decir, no ostentan la nacionalidad. Cualquiera que viva en España, con independencia de su nacionalidad, podría participar en la vida política.

Expertos en la materia indican que el transcurso del tiempo ha puesto en evidencia las deficiencias en el texto constitucional en su título VIII, que se refiere a la organización territorial del Estado. Este sería el principal problema de la Constitución.

Por otra parte, garantizar de forma plena los derechos sociales del Capítulo III del Título I, como el derecho a la protección de la salud, que hoy son Principios rectores de la política social y económica, también merece una modificación. Finalmente, creo que la presencia de las nuevas realidades de estos tiempos que vivimos debería notarse en nuestra Constitución. Es necesaria su reforma.

Diputada de Unides Podem en Les Corts por Castellón

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