El Periódico Mediterráneo

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El precio del CD Castellón

Tengo fe en esta plantilla y en este proyecto de Montesinos

Vicente Montesinos, presidente del CD Castellón. Mediterráneo

No sé cuánto puede costar el CD Castellón, pero sí lo que significa la marca en la ciudad, en la provincia y también para los nostálgicos del fútbol que todavía recuerdan los cromos de Planelles, Alcañíz, Manchado o Alfredo Monfort, por citar algunos de los que ya se pueden considerar míticos futbolistas albinegros. ¿Por qué empiezo esta columna de esta forma? Muy sencillo, porque en el último año ya he recibido tres globos sondas de personas relacionados muy directamente con el fútbol, queriendo buscar un foco de información respecto a la situación actual del club. Ya les he contado en alguna ocasión en estas páginas de Mediterráneo, que existe un cartel virtualmente colgado en las paredes de Castalia que pone Se vende. Es un secreto a voces que circulas por la nube, por utilizar una terminología internauta, de las tramoyas del fútbol. 

Yo no puedo cifrar en cuánto valora Montesinos el club, ni tampoco su cotización real. Si se lo preguntan a Conrado Marín, les contestaría que ni por todo el oro del mundo lo vendería, igual que a muchos de los albinegros de soca que conozco. No podría asegurar lo mismo si la interrogante se lanzase a varios de los núcleos de los que consideremos fuerzas vivas de la ciudad. No culpo a nadie, porque cada uno coloca sus valores en el orden que considera oportuno. Pero eso es otra cuestión porque hablamos de un club profesional, aunque no milite ahora mismo en LaLiga desgraciadamente, aunque el CD Castellón sea casi centenario y forme parte del disco duro emocional de Castelló.

Montesinos ha querido, probablemente, apartarse de los focos por esa cuestión. El silencio hace muchas veces demasiado ruido. Este es uno de esos casos. Al presidente le podría censurar cierta inacción en algunas decisiones que podría haber tomado en un pasado inmediato, como no poder orden en la orquesta interna, cuando las trompetas iban por una parte, los tambores por otra y los egos por encima de los intereses del CD Castellón. Les prometo que lo contaré, pero no es el momento, porque sí, por encima de todo está el club. Por delante de cualquier veto que pueda sufrir, como algún compañero padece. Creo con pasión en la libertad de expresión y lucho contra aquellos que ejercen su poder, sea político, institucional o, de ocasión, para ejercer la censura y manejar la opinión a su gusto. Pero entiendo al presidente que ha arriesgado su patrimonio familiar y no ha encontrado nunca apoyos. Posiblemente, en algunas ocasiones muy mal asesorado por algunos empleados. El Castellón perdió la ocasión, ojalá Sergi Escobar, Dealbert y Fernando puedan volver a rescatarla, de estar en su Centenario en el fútbol profesional.

A los que sondearon mi opinión, sí les dije que el problema del Castellón no es el precio, sino la inversión que se debe efectuar para construir una Ciudad Deportiva y poner en marcha el proyecto de un nuevo estadio Castalia. Eso sí, estando más solos que la una. 

Al presidente solo le pido que tenga tino a la hora de depositar el club en buenas manos. Y también me consta que pone todo de su parte para que siga en las mejores condiciones. Tengo fe en esta plantilla y en este proyecto de Montesinos. No se pueden ganar todos los partidos y el Andorra es un gran equipo. Por cierto, detesto la mala educación y los malos modos que siguen imperando en el fútbol. No creo que Koné reaccionará de esa manera porque sí. Pero cuando no se puede probar algo, lo mejor es callarse. Ni el racismo ni los insultos caben en ningún ámbito vital. 

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