La Navidad es una época de melancolía y felicidad. Es tiempo de reencuentros familiares, de cenas con amigos, de regalos, de proyectos para el año nuevo..., y aunque la pandemia nos limita los besos y los abrazos, el buen rollo está servido. La magia de la Navidad hace florecer valores como la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la amistad y el amor; y estaría bien que estos valores duraran todo el año para que ningún niño o niña sufra bullying al volver al colegio.
La magia del buen rollo se desvanece después de la Navidad, y muchos pequeños son objeto de conductas hostiles por parte algunos compañeros que olvidaron lo aprendido estos días. La triste realidad es que el 24% del alumnado es víctima de acoso escolar, y no es dato baladí cuando durante la pandemia ha aumentado el ciberacoso. Esta problemática no es nueva, llevamos muchos años sufriendo esta lacra y el gobierno lejos de hacer un pulso a esta violencia en las aulas, trabaja bajo mínimos o mira hacia otro lado.
Desde Ciudadanos enmendamos el presupuesto de la Generalitat, solicitando que se dotara de presupuesto un plan de ataque al acoso escolar, que permitiera prevenir, evaluar y optimizar la convivencia en el aula. Creemos que hay que ser proactivo al problema y no reactivo cuando el alumno ya es víctima del acoso escolar, como está haciendo el gobierno. Como decía el refrán, más vale prevenir que curar, y esto es lo que queremos. Pero el gobierno del Botànic una vez más pasa su rodillo negacionista a nuestras propuestas, no hace caso a la política útil que busca acabar con el sufrimiento de muchos pequeños y crear aulas felices.
Quiero ser optimista, y siempre me quedará escribir la carta a los Reyes Magos, a ver si me hacen más caso. Pero mientras llega la carta al lejano Oriente, sean felices y disfruten de la magia de la Navidad. ¡Felices Fiestas!
*Diputada de Ciudadanos en les Corts
