Hace un par de semanas tuvo lugar en el Congreso de los diputados, sede de la soberanía nacional, con autorización y complicidad de la mesa del Congreso y de Meritxell Batet, un acto repugnante y despreciable que nos dice mucho de la época que estamos viviendo y de los ataques que sufren nuestra democracia y el estado de derecho y del bienestar que tenemos gracias a la Constitución y al régimen del 78.
Con la excusa de un ¿homenaje? a seis condenados por apedrear y agredir a la policía, se juntaron otros condenados y antisistemas de ERC, proetarras de Bildu, Compromís, BNG, EH, la CUP, Más País y el organizador, Podemos. Con el beneplácito del PSOE de Sánchez, para el que todo vale para estar en el poder. Todos empeñados en romper España. Además de otras barbaridades, insultaron a la policía, fuerzas de seguridad y a jueces justos que tras los delitos de esta pandilla los condenan aplicando la ley. A ellos solo les gusta su ley, la de la extrema izquierda, la que no respeta al contrario y solo sabe recurrir a la violencia, son los que queman la calle e impiden la convivencia pacífica.
Siguiendo una larga lista, ya ha anunciado Yolanda Díaz, la papesa, que cuando las urnas democráticamente derroten al comunismo tomarán las calles e impedirán como sea que gobierne la derecha. La casa de todos para unos pocos ultras que se aprovechan de los recursos del Estado que quieren destruir y lo peor es que estos antisistema son los que están gobernando, nos roban la libertad y de paso nos arruinan a todos.
*Notario y doctor en Derecho