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Antonio Gascó

COSAS MÍAS

Antonio Gascó

Nos escapamos de la crisis

Señala el historiador británico James Casey en su documentado artículo sobre tierra y sociedad en el Castelló del siglo XVII, que de las 66.511 fanegadas de cultivo de 1608 se pasó a las 70.144, de 1702. Ello permite suponer que los trastornos políticos, bélicos, económicos y morbosos de la época de los Austrias, a la hoy capital de la provincia. De hecho, la gran expansión de esta centuria parece haber tenido lugar en tres frentes. Correspondería, de salida, señalar la reducción de montes y pantanos a cultivos. En segundo lugar, señalar la expansión del algarrobo que pasó de 13.326 hanegadas en 1608 a 26.954 en 1702. La sustitución de los bovinos como animales de tiro por caballos, mulos y rucios, grandes consumidores de algarrobas, supuso la necesidad de incrementar el cultivo de esta fabácea. Por otra parte, la roturación del secano y de la marjal, disminuyó los terrenos tan necesarios para los pastos de los bueyes. La tercera fase de la expansión agraria fue el aumento de los riegos, llegando a las 20.968 fanegadas de 1700. Cabe reseñar que a lo largo de la centuria, como ha estudiado Magín Arroyas, se produce una acumulación de la tierra en las manos de los más privilegiados, quienes intensificaron su desarrollo agrario y además el sistema enfitéutico de explotación, sobre todo, de las grandes parcelas que correspondían entonces al área del secano.

Tiene justificada fama el siglo XVII, de ser un siglo de decadencia de la política y la economía en el territorio español. Por lo que se puede ver con estos números, Castelló fue una de las escasas excepciones que confirman la regla.

Cronista oficial de Castelló

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