Estimado amigo Pepe Martí. Sr. Presidente de la Diputación de Castellón. A pesar de que me invitaste a la conferencia que dictaste e interpretaste en la UNED sobre La República de Platón. Inicio de la teoría política, la presencia de la ómicron, el carácter cerrado del local y mi condición de ciudadano con EPOC, me aconsejaron no asistir. Lo lamento. De todas formas, no miento si te digo que sabía, y me lo han confirmado quienes estuvieron presentes, que tu actuación tendría forma y fondo, sustancia y espectacularidad. Así pues, te imagino encarnando al divino Platón, ocupando su imagen, saber y palabra, explicando cómo ayudaste a vincular la política a la justicia y al bien social, como colaboraste en sacarla de la mera descripción de un hecho y asociarla a principios y normas teóricas para el gobierno de personas y pueblos... etc. En definitiva, dando razones para que la peña ciudadana entienda cómo sin ser un ferviente simpatizante de la democracia fuiste y eres (fue y es) uno de los filósofos más notables de la historia.
Pero, en esta ocasión quiero ir más allá, además de aplaudir a Platón, al Pep Martí profesor de filosofía que lo representa o interpreta y le da vida en un aula de instituto o en una conferencia de la UNED, quiero manifestar mi admiración y afecto al Pepe Martí político, alcalde de Sueras y Presidente de la Dipu, porque si hay razón en criticar la política que pierde su imprescindible carácter emancipador y al político que, a menudo, se comporta como su enemigo, también es de justicia y necesario reconocer de forma abierta a quienes decentes como Pepe Martí llegan a la cosa pública con la humildad que facilita acercarse a la ciudadanía, con la palabra que posibilita comunicarse con ella y reconocer su voz y, además, con la cultura que nos entrega a la necesaria compañera de la libertad, al conocimiento.
Analista político