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Montesinos, gracias pero despierta al CD Castellón

El CD Castellón necesita el alma, corazón y pasión de un liderazgo para un club que cumple cien años pero debe crecer para los próximos 100

Vicente Montesinos, en una rueda de prensa del Castellón en Castalia.

Vicente Montesinos efectuaba un ejercicio de autoelogio el pasado viernes, con motivo de la presentacion del logo del Centenario. Es cierto, ha sido muy loable su labor para que el club siga vivo. Lo he repetido por activa y por pasiva en defensa del presidente en este mismo espacio en numerosas ocasiones. Pero no es cuestión de pasarse toda la vida repartiendo agradecimientos, porque el reloj no se detiene y hay que continuar trabajando. Los cien años de historia del CD Castellón se escriben con el esfuerzo de mucha gente que ha lo ha llevado, con momentos mejores y otros peores, a ser una entidad centenaria.Pero más que las cien velas de la tarta de cumpleaños, es mucho más importante la gente que está alrededor y que siente con emoción y cariño como su viejo amigo le hace saltar las lágrimas, una veces por alegría, otras por la pena de un descenso, pero siempre tocándole la fibra.

El Castellón es mucho más que un club centenario. Forma parte, como he repetido muchas veces, del patrimonio sentimental de la ciudad y de los castellonenses, como recordaba con cariño un albinegro ilustre como Nacho Amela, en una entrevista en Mediterráneo por su éxito, entre otros, en el The Wild Project. Y muchos más repartidos por el mundo que lo siguen desde lejos pese a que no estar en su mejor momento deportivo.

Sí, señor Montesinos estamos agradecidos, Igual que de Dómingo Tárrega, Antonio Sales, Emilio Fabregat, Toni Bonet o tantos otros presidentes que lucharon por el Castellón. Gracias.

Pero el presidente tiene que tomar decisiones. No puede estar encerrado en una urna de cristal, escondido y exhibiendo una frialdad que está dejando al club en situación de provisionalidad permanente. Su llegada, junto a su equipo, vino acompañada de una dosis de imaginación que ilusionó y llevó a la gente a Castalia. Ahora notó una desconexión demasiado grande con la grada que se deja ver en el alarmante descenso de asistencia de público. El club se ha alejado de su afición. Aquellas campañas de marketing brillante, que lideraba Pepe Mascarell, han dado paso al silencio absoluto y a una gelidez evidente. Bruixola ha importado tics de comunicación de su etapa en el Valencia con Manolo Llorente, pero el Castellón está en Primera RFEF y necesita darle calor a la gente, estar en los medios, que su presidente cuente con transparencia sus planes o, incluso, si tiene que criticar o censurar algo, hacerlo por el bien del Castellón.

Montesinos se ha instalado ahora en la comodidad de moda de lo políticamente correcto, que acaba siendo lo más incorrecto. No sé si aconsejado por Bruixola, que es una de las pocas personas capaces de caer en una piscina y salir seco de ella. En este Castellón no se moja nadie y eso es peligroso si se quiere volver pronto a la élite. 

Se necesita un plan para construir una ciudad deportiva, se necesita a la vez un plan para explotar el estadio Castalia como corresponde a un club que quiere ser profesional y se necesita, sobre todo, pasión, corazón y alma. Y, repito, tomar decisiones, aunque puedan ser drásticas, porque quien no arriesga, no se moja y permanecer agazapado en la urna, no es lo propio para liderar un proyecto de futuro. Sí, está muy bien trabajar el Centenario. Para ello se ha creado una comisión que dirige Javier Heredia con minuciosidad, pero al margen de la tarta de las cien velas hay que pensar en crecer. Gracias, Montesinos, por lo que has hecho, pero despierta. Por lo menos hasta que exista, o aparezca, un comprador. Pero no se puede seguir hibernando. PPO.

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