El Periódico Mediterráneo

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Henri Bouché

PUNTO DE VISTA

Henri Bouché

Carnavales y cuaresma

Hoy, Miércoles de Ceniza, se nos recuerda en el Génesis aquello de «Acuérdate, hombre, que eres polvo y en polvo te has de convertir», cosa que olvidamos demasiadas veces. Tres días antes de esta fecha ha tenido lugar el Carnaval (Carnelevare, referido especialmente a la abstinencia de comer carnes), cuyos orígenes algunos sitúan hace unos 5.000 años y que hoy se contrapone a la Cuaresma sin nada que ver con ellos. Son momentos de bullicio, cambios de personalidad mediante disfraces, comidas, exceso, etc. A pesar de todo, dice Caro Baroja, el Carnaval, quiérase o no, es un hijo (aunque sea hijo pródigo) del cristianismo; mejor dicho, sin la idea de Cuaresma no existiría en la forma concreta en que ha existido.

La Cuaresma es un período de 40 días desde hoy, Miércoles de Ceniza, hasta la víspera del Domingo de Resurrección, con prácticas de ayuno y abstinencia en memoria de los cuarenta días que ayunó Jesús en el desierto. (Desde 1966 los días de ayuno y abstinencia son el Miércoles de Ceniza y el Viernes santo; los demás viernes, abstinencia).

Es curioso el período de 40 días que recuerda la duración del Diluvio, la permanencia del pueblo de Dios en el desierto, los cuarenta días que estuvo Moisés con Elías, la estancia de Jesús en el desierto, como hemos dicho. Todo 40 días.

Hoy, Miércoles de Ceniza, comienza, pues, un nuevo período. Y, entre el goce festivo y el sacrificio cuaresmal unos versos del folclore borriolense expresan, jocosamente, el sentir popular de algunos. Dicen así: «Carnestoltes quinze voltes,/I Nadal de mes en mes,/Pasqua de huit en huit dies/,Quaresma no tornes més». Tras la penitencia llegarán los días alegres de la Pascua, precedidos por los del Carnaval.

Profesor

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