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Óscar Clavell

A FONDO

Oscar Clavell

Sevilla tiene un color especial

Este próximo fin de semana, el PP celebramos en la capital hispalense el XX Congreso Nacional

Ese es el título de una de las canciones más conocidas de Los del Río que hace mención a la belleza de la capital andaluza, además en fechas tan próximas como la Semana Santa o la Feria de Abril. Sigue la canción con «Sevilla sigue teniendo su duende», que enamora y engancha con su embrujo.

Pero Sevilla es mucho más que una canción, es una ciudad histórica que ha ofrecido a España momentos de gloria y ha servido como punto de inflexión en muchos aspectos. Es la capital de aquella región tan inmensa en geografía como en cultura, y desde hace tan solo tres años en un motor económico para el resto del país, llegando a adelantar a otras zonas de España que pierden el tiempo en fomentar divisiones inexistentes y estériles que únicamente consiguen detener su natural desarrollo.

Sevilla fue en 1990 la cuna de una gran formación política. Ese partido, que liderado por José María Aznar, aglutinó a todo el centro derecha español y asentó las bases de la que pocos años después se convirtió en la fuerza preferida y más votada por los españoles. De aquel congreso surgieron los principios y valores clásicos que el Partido Popular asumió tras su refundación y el testigo de Manuel Fraga.

Refundación que sirvió como referente a muchos ciudadanos cansados de las políticas socialistas y a la lenta agonía que supusieron los últimos coletazos de los gobiernos de Felipe González. Aquel malestar social y económico, que se respiraba por las calles de toda España, se canalizó y concentró el voto de millones de españoles que, ubicados ideológicamente a la derecha del PSOE, optaron por el Partido Popular como única opción válida.

Más de treinta años después la historia se repite y Sevilla se convierte de nuevo en el escenario perfecto que necesita el Partido Popular para mostrarse ante millones de ciudadanos que vuelven a estar descontentos con la situación actual provocada por la nefasta gestión del Gobierno. Personas de ideología conservadora, liberales u otras que sintiéndose socialistas se encuentran huérfanas del partido en el que siempre han depositado su confianza o incluso han militado. Socialdemócratas que nada tienen que ver con el Partido Sanchista y que no se ven representados en la toma de decisiones de su líder.

El Partido Popular está preparado

A esa amplia base es a la que se debe llegar durante el primer fin de semana de abril en la capital hispalense. Congreso que servirá para que la ciudadanía compruebe que el Partido Popular está preparado, que es un partido serio, dispuesto a solucionar los problemas de los españoles. Un partido que mire a la cara a las personas, que les escuche y atienda. Que se convierta en ese paraguas protector ante las adversidades que sacuden el mundo en la actualidad. Que afronte con decisión cualquier inconveniente.

Pero esta formación política, como en 1990, necesita un liderazgo fuerte que se base en dos aspectos fundamentales: la experiencia en la gestión de la administración, por un lado, y el conocimiento interno del partido, por otro. Sin lugar a dudas, esas características las personifica Alberto Núñez Feijóo que se convertirá en pocos días en ese referente que tantos españoles añoramos y en la ilusión que necesitamos.

Diputado del PP en el Congreso

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