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Jose Martí

A FONDO

José Martí

Nuestro Ebro: El Mediterráneo (II)

Como dije en un artículo hace 18 años, gracias a las desaladoras el Mediterráneo será nuestro Ebro

El primer artículo titulado así: Nuestro Ebro: El Mediterráneo lo publiqué en estas mismas páginas hace 18 años, exactamente el viernes 16 de julio de 2004. Zapatero había ganado las elecciones y en abril se había constituido su primer Gobierno. En una valiente decisión, la ministra Cristina Narbona había derogado el Trasvase de Ebro el 18 de junio del mismo año. Corría, por tanto, la guerra del agua: las pancartas de Agua para todos inundaban --nunca mejor dicho-- la provincia, incluidos edificios, también los institucionales --Palacio de la Diputación, entre ellos--, todo acompañado de manifestaciones, declaraciones y mociones. Todo valía para ir contra Zapatero y contra la derogación del Trasvase. En ese contexto y como secretario general del PSPV-PSOE de la Comarca del Millars, intervine en el debate y ya entonces me permití citar a un filósofo inglés del siglo XVI, precursor del método científico, Francis Bacon, que hablaba de los «idola fori». Una expresión para denominar los prejuicios del foro, de la plaza pública, que impiden el desarrollo del verdadero conocimiento, una serie de falsas nociones que a fuerza de ser utilizadas se consideran como verdaderas. A mi entender, la cuestión del Trasvase del Ebro se había convertido en un «idola fori».

No como experto, sino como un ciudadano más, me permitía salir al ágora y contribuir a una visión más sosegada de la cuestión y aportar razones para la reflexión que pudieran dar a entender que la decisión del Gobierno de Zapatero no era tan descabellada como nos querían hacer creer. En efecto, el Trasvase tenía unos problemas que en el artículo iba desgranando. Problemas energéticos y económicos: «Aunque el Ebro esté al norte, arriba, y, nosotros, al sur, abajo, el agua no baja sola, la geografía manda y habrá que hacer estaciones de bombeo con el consiguiente coste energético y aumento del precio del agua». Problemas de incertidumbre: «El Ebro es un río y su curso fluvial no es regular. Está sujeto al estiaje y al efecto climático. ¿Qué pasa si después de hecha la magna inversión hay años que no se puede captar agua? ¿Tanto dinero, tanto enfrentamiento, tanta inversión para continuar dependiendo del tiempo?». Problemas de depuración: «El punto de captación para el trasvase tiene una gran presencia de sulfatos y clorururos, al río vierten muchas ciudades y muchas industrias, habría que depurar el agua del Ebro». Problemas ecológicos y medioambientales: «Por no hablar de la fea expresión de que el Ebro tira el agua al mar. Un río desemboca en el mar pero no tira el agua al mar. El Delta del Ebro, las playas de Castellón, la aportación de nutrientes para las zonas de cría de peces y crustáceos de la zona norte de la provincia dependen del agua que el Ebro tira al mar». Y a todos estos se añadían los problemas políticos entre comunidades.

Canto a la desalinización

delantándonos a lo que vendría años después, terminaba el artículo haciendo un canto a la desalinización: «Por eso, sin alharacas, sin aspavientos, sine ira et estudio --que diría Max Weber-- los socialistas propugnamos la derogación del trasvase, que como hemos visto no es tan irracional, y la búsqueda de una alternativa, una solución, que creemos pasa por la desalinización. Siempre descubriendo Mediterráneos, pero ¿y si el Mediterráneo estuviera por descubrir? ¿Y si el Mediterráneo fuera nuestro Ebro? Piénsenlo: cerca, disponible, regular, inagotable. No solo daría agua para todos, la daría «para todos» y «para siempre».

El viernes 22 de abril del 2022, en las visitas que desde el equipo de gobierno estamos desarrollando en las distintas comarcas, vi lo que premonitoriamente proponía en el artículo hecho realidad: el Ebro hecho Mediterráneo. Estaba en una de las dos desaladoras de nuestra provincia: la de Moncofa-Xilxes. La otra, la de Cabanes-Oropesa. Ya prestan su función, pero lo hacen en un porcentaje muy bajo, alrededor del 10-15% como media. Hay que aumentar su capacidad de desalinizar. La Diputación tiene redactado un potente Plan Director del Agua que con la necesaria e ineludible colaboración del Gobierno de España, vía Aquamed, y de la Generalitat, vía Conselleria de Medio Ambiente, va a continuar la inaplazable misión de hacer del Mediterráneo nuestro Ebro. El consenso de todas las fuerzas políticas con representación en la Diputación lo hace posible. Vamos a ello.

Presidente de la Diputación de Castellón

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