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Naiara Martínez

La ventana de la UJI

Naiara Martínez

(In)visibilidad lésbica

Las mujeres lesbianas sufren discriminación derivada de prejuicios y estereotipos establecidos por determinadas normas culturales

El pasado 26 de abril se celebró el día internacional de la visibilidad lésbica. El hecho de que exista ese día ya nos está planteando la necesidad de una visibilización de las mujeres lesbianas. Actualmente las mujeres lesbianas sufren discriminación derivada de prejuicios y estereotipos establecidos por determinadas normas culturales.

Si realizamos un repaso a estas normas sociales nos encontramos como históricamente la sexualidad de las mujeres ha sido invisibilizada, pero además en las mujeres lesbianas esto ha sido un doble factor de discriminación. Además, se han generado estereotipos sobre su sexualidad, donde se las ha hipersexualizado y colocado como objetos de deseo para los hombres. No nos sorprenden frases como: «Me gustaría hacer un trío con vosotras, ¿me puedo unir?» «Si lo intento con las dos, ¿lo conseguiré con alguna?».

La herencia de una sociedad patriarcal ha hecho que la sexualidad se haya centrado en un modelo heterosexual y sobre todo coitocentrista (centrar las prácticas sexuales en el coito). Esta herencia del patriarcado también se ve reflejada en el tipo de discriminación que padecen las mujeres lesbianas, ya que sufren un tipo de homofobia estrechamente relacionada con el machismo. Desde esta construcción se ha creado la idea del lesbianismo como algo incompleto. Esto lo podemos ver en la negación de que dos mujeres puedan tener relaciones sexuales completas. Un ejemplo de esta idea preconcebida lo tenemos en frases que escuchamos a diario como: «¿Quién hace de hombre en la relación? ¿No os falta algo en vuestra relación sexual? ¿Habéis tenido sexo de verdad alguna vez?».

Esta desigualdad se ha reproducido dentro del colectivo LGTBI (lesbianas, gay, trans, bisexuales e intersex), provocando diferencias entre mujer lesbiana y hombre gay, donde estos últimos tienen una mayor representación y visibilización dentro del movimiento LGTBI. Un claro ejemplo de esta diferencia ha sido la evolución del nombre del movimiento a lo largo de los años. El movimiento que conocemos a día de hoy como LGTBI, en sus inicios era conocido como el movimiento Gay, dando solo visibilidad a los hombres homosexuales. Poco a poco se ha intentado dar visibilidad al resto de personas diversas que lo conforman. Sin embargo, en la actualidad es común escuchar como mujeres lesbianas se denominan así mismas como gay, o como a las mujeres homosexuales nos preguntan en ocasiones, ¿eres gay? Incluso vemos el uso de la palabra gay como referencia a toda la diversidad afectivo sexual, expresiones como Gayfriendly; Discoteca gay; Fiesta del orgullo gay, entre otras.

Si nos detenemos un segundo y revisamos las leyes y normas a lo largo de la historia que han criminalizado la homosexualidad, vemos que en sus inicios se centraban mayoritariamente en hombres homosexuales, obviando que pudiera existir placer y deseo entre mujeres. Ello hizo que las mujeres lesbianas encontraran en esa invisibilidad protección ya que lo que no se ve no existe, por lo tanto, no se puede discriminar. Sin embargo, como consecuencia, la vivencia de su sexualidad quedó relegada a la intimidad, de tal forma que perpetuaba la invisibilidad, la no existencia. Que dos mujeres compartieran piso estaba normalizado, así como la cercanía y su afecto en público.

Así, la heteronorma determinaba que las mujeres que viven juntas son amigas. Pero eso que en el pasado fue un elemento protector, a día de hoy juega en nuestra contra… Nos encontramos contextos donde no se visibilizan nuestras realidades y necesidades, por ejemplo, encontramos unos protocolos ginecológicos creados desde una perspectiva heterosexual, donde durante años las parejas de mujeres lesbianas estaban excluidas de la reproducción asistida. O en la prevención de ITS, donde no se tienen en cuenta las prácticas sexuales entre mujeres, siendo la barrera de látex la gran desconocida.

Si miramos en el presente, encontramos muestra de esta invisibilización en la falta de referentes en el mundo público, generando una gran dificultad para que las mujeres lesbianas se sientan reflejadas y/o con la seguridad para salir del armario. Cuando nos posicionamos frente a este hecho y se nos cuestiona, es importante que atendamos la respuesta a las siguientes preguntas: ¿cuántas mujeres lesbianas abiertamente visibles eres capaz de mencionar del mundo del arte, la ciencia, la política, el cine, la música, la literatura? ¿Cuántas de ellas encuentras en tu entorno?

*Técnica de la Estrategia de Igualdad en Diversidad Afectivo-Sexual y de Género de la UJI

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