Opinión | EL TURNO

Comunitat Valenciana

Comunitat, así es como se llama nuestra autonomía, sin más discusión legal, según recoge el mismo Estatut de autonomía, ni país ni reino. Una vez resuelto el falso debate que se intenta crear desde la izquierda para distraer la atención cuando las cosas les van mal, comentaré lo que sucedió el pasado sábado por las calles de Castellón.

Ese día, mientras las tunas celebraban de nuevo su certamen y alegraban las calles de la ciudad y antes de que comenzase la Festa de la Rosa que tanto se echaba de menos, los partidos de extrema izquierda de nuestra ciudad como Izquierda Unida, Podemos y Compromís, decidían salir a la calle, convirtiendo Castellón en el punto de encuentro de personas que vinieron de diferentes puntos de Cataluña y de algún municipio de la Comunitat Valenciana.

Tal y como están las cosas, con los precios de los combustibles disparados, la cesta de la compra cada vez más cara, la guerra en Ucrania o los continuos líos a los que nos tiene acostumbrado el gobierno municipal, uno pensaría que salían a la calle para solucionar algún problema vecinal o protestar por la falta de financiación autonómica o los problemas sanitarios que sufrimos los valencianos. Sin embargo, estos partidos en los que se apoya el PSOE para gobernar, decidieron salir a la calle para reivindicar la independencia de lo que ellos llaman «País Valencià» y que forme parte de lo que denominan «Païssos Catalans». Para que su proclama tuviese más repercusión invitaron a Quim Torra, expresident de Cataluña, condenado por el delito de desobediencia e inhabilitado para cargo público. Ese es su modelo, aquel que llamó a los españoles «bestias carroñeras y hienas». Los principales líderes de Compromís y Podemos le arroparon, mientras el PSOE de Marco sigue siendo cómplice necesario para que sigan gobernando Castellón.

Secr. gral. y portavoz adjunto PPCS

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