Opinión | LA CLAVE POLÍTICA

Más Europa, sí, pero mejor

El 9 de mayo, día de Europa, Ursula von der Layen advirtió que Europa debe cambiar para estar preparada para un futuro que pinta alarmante. Los líderes europeos se han visto obligados a repensar sus prioridades. ¿Por qué motivo? El motivo es la guerra en Ucrania que ha colocado temas nuevos en la agenda europea. La dependencia energética de la Unión Europea, en especial el gas ruso, o la gestión de los flujos de personas refugiadas son temas comunes para el sur de Europa: Portugal, España, Francia, Italia y Grecia.

Queda claro que la geografía desempeña un papel primordial en el desarrollo de preocupaciones parecidas en todo el sur de la UE. Una de esas preocupaciones es el interés compartido en los acontecimientos en la cuenca mediterránea meridional. Sin embargo, no hay una perspectiva compartida cuando se trata de posiciones de política exterior.

Recuerdo los campos de refugiados de Grecia ante la pandemia de covid-19. En 2020 la situación se vio agravada por los incendios en Moria, isla griega de Lesbos, que generó una crisis humanitaria que bien pudo servir para que la UE tomara las riendas de una política migratoria acorde a los derechos humanos, para que se retomara el reparto de personas migrantes y refugiadas entre países europeos al que se comprometió, también para que naciera la oportunidad para estas personas refugiadas que solicitan asilo, de rehacer sus vidas y de salir de esa situación de extrema vulnerabilidad. Pero nada de eso pasó.

Derechos humanos

Hace unos meses se realizó una jornada en el Congreso sobre el Pacto Europeo de Migraciones y Asilo, en la que Felipe González Morales, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, hizo una exposición bajo el título La valoración del Pacto Europeo en base a los estándares internacionales de derechos humanos. En dicha exposición el relator nos presentó unos elementos positivos: como la exigencia a cada estado miembro de la creación de un mecanismo independiente para monitorear la situación de los derechos humanos en materia de migración. Pero también tiene deficiencias como, por ejemplo, no queda clara la situación en la que quedarían aquellas personas a las que se les deniega el asilo y quedan en riesgo de poder ser deportadas sin alternativas de permanencia en el país. Otra deficiencia y muy grave, aunque haya quien lo niegue, es que el Pacto no promueve un enfoque en derechos humanos en la migración que fortalezca la protección de las personas migrantes, incluidos niños y niñas. Realmente, no parece ser el enfoque predominante en el Pacto. Lo ha dicho el relator de la ONU.

Por otra parte, los países del sur de Europa también se enfrentan al cambio climático y se han dado cuenta que comparten razones para verlo como un problema grave, tan grave que requiere inmediata respuesta y acción conjunta. Trabajar juntos contra la desertificación, las sequías o los incendios forestales. Deberían dar una respuesta coordinada y ambiciosa a la actual crisis climática. Trabajar unidos por más Europa sí, pero una Europa mejor.

Diputada de Unides Podem por Castellón en les Corts

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