La asistencia sanitaria que recibimos los castellonenses es nefasta. Castellón se lleva la peor parte de la Comunitat por los recortes, la dejadez y la falta de organización de un gobierno en descomposición y en desbandada, como vamos a ver este fin de semana. El barco del Acord del Botànic y del Fadrell se hunde...
Hablar de Sanidad es hablar de bienestar y esperanza, dos valores amenazados por una política de recortes sin precedentes. Y pongo ejemplos: el edificio Oncológico lleva casi dos legislaturas de retraso, como si el cáncer esperara. Ahora mismo, el Hospital General está derivando pacientes críticos a otros hospitales porque ha cerrado camas y personal de la UCI. Es imposible ponerse la dosis de recuerdo de la vacuna del covid, porque el punto de vacunación no tiene personal y no se puede abrir la agenda. ¡En plena pandemia! El centro de salud de Constitución lleva dos años cerrado. Hasta los facultativos de la Unidad de Diagnóstico Precoz del Cáncer de Mama, en la calle San Vicente, llevan varios días sin baño para profesionales y pacientes por una avería. También el CICU se cierra para siempre el día 24. Y los profesionales del Hospital Provincial se han encerrado esta semana para clamar contra el desmantelamiento.
¿Quién está al mando? Ximo Puig y Mónica Oltra están a sus líos. Y la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, y sus socios, ni están ni se les espera. Su silencio ante los recortes y descontrol en Sanidad no los hacen menos cómplices. Todo lo contrario. Los castellonenses pagamos impuestos de primera para recibir servicios de tercera regional. Ya está bien de ser la hermanita pobre de la Comunitat. Los castellonenses nos merecemos mucho más, espero que en el 2023 lo elijan en las urnas, porque de lo contrario pienso que nuestra sanidad seguirá estando en riesgo.
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón
