El Periódico Mediterráneo

El Periódico Mediterráneo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mari Carmen Climent

Una política ceniza

Esta semana hemos visto a Mónica Oltra consumirse en sus propias mentiras y contradicciones

El viento apaga una vela y aviva un fuego. Mónica Oltra llegó a la política como un vendaval. Arrasando con todo, disparando a discreción y sin importar las consecuencias de sus palabras y de sus actos. Y esta semana la hemos visto consumirse en sus propias mentiras y contradicciones.

Fue insultante ver a esta señora acudir a la televisión española en horario de máxima audiencia a ensuciar el nombre de Segorbe con mentiras y acusaciones de desprotección de la infancia. Unas prácticas que atribuía al Centro de la Resurrección y que años más tarde la Fiscal Superior de la Comunidad Valenciana, Teresa Gisbert, le ha imputado a ella misma. Una cínica de manual. Que no tenía reparos en difamar a personas inocentes mientras mentía y ocultaba los abusos que se cometían en sus propias dependencias y que le afectaban directamente: convivía con el abuso y en lugar de denunciarlo, lo encubría.

«El monstruo no era yo… era su marido», son palabras del educador de Segorbe que fue señalado por Mónica Oltra en un bochornoso discurso en Les Corts como culpable de unos abusos que no cometió. Los jueces dictaminaron a su favor, pero el daño ya estaba hecho y su reputación destruida. Tuvo que abandonar nuestro pueblo y nadie en la Conselleria le ha pedido perdón.

Casi dos años estuvo injustamente cerrado el centro de la Resurrección de Segorbe dejando en la calle por aquel entonces a una veintena de trabajadores y a otros tantos menores de edad ingresados en el colegio tutelado por las Hermanas Terciarias Capuchinas. Aún esperan unas disculpas.

Mónica Oltra dimite «con la cara bien alta y los dientes muy apretados», un epitafio que le va que ni pintado a una dirigente arrogante que nunca reconoció errores y con una conducta dominada por la rabia, el rencor y el odio. Venía a rescatar personas pero las dejó desamparadas. Ha sido incapaz de solucionar en todos estos años las listas de espera en la dependencia y en la atención a personas mayores.

Callejón sin salida

El pasado viernes, la entonces portavoz del Gobierno Valenciano dijo sentirse «en una cacería que partía de la extrema derecha», pero no es verdad. Ha sido la justicia la que le dijo que el cierre del centro de la Resurrección era ilegal, la que absolvió al educador y la que condenó --por dos veces-- a su marido. Ahora tendrá que ser ella misma la que responda ante otro juez por su manera de actuar. Han sido sus propias decisiones arbitrarias y la impunidad con la que se creía la que han llevado al callejón sin salida en el que se encuentra.

No vamos a echar de menos a Mónica. Ni a su manera de hacer política. Se define la honradez como la capacidad de cumplir con aquello con lo que se promete y de saber guiarse por unos principios morales rectos. Oltra fue profundamente deshonesta con aquello que promulgaba para los demás y que luego no se aplicaba a sí misma de ninguna de las maneras. Su única ética fue la de obrar en su propio interés.

Ojalá la persona que se encargue de dirigir las políticas sociales de la Generalitat a partir de ahora sea más responsable y se centre en que las ayudas sociales lleguen a quien lo necesita sin demora. Para evitar que nadie venga a rescatar personas es necesario que estas no se hundan antes.

Alcaldesa de Segorbe

Compartir el artículo

stats