El Periódico Mediterráneo

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Henri Bouché

PUNTO DE VISTA

Henri Bouché

Del árbol a la tierra

Resulta difícil, por no decir imposible, conocer la antigüedad del homo sapiens en nuestro planeta, salvo las explicaciones que desde el mito a la religión se han dado. Antropólogos, evolucionistas y científicos han formulado al respecto sus teorías. Que tuvo su origen en África parece la teoría más aceptada; y que su primer hábitat sería el árbol, también. Un día y otros días (periodos) pisaron el suelo a cuatro patas y, a dos, después, para instalarse en tierra firme.

Desde entonces el ser humano ha ido progresando o retrocediendo en algunos aspectos. Paul Valéry decía: «Soy hombre porque hago cosas inútiles». Y Aristóteles apostillaba: «El hombre es un dios o una bestia». He aquí disparidad de criterios de signo negativo, algunas coincidentes en el panorama actual, pródigo en males, aunque con salvedades. Yo he conocido experiencias de personas dedicadas a hacer el bien por espíritu religioso o humanitario. Y puedo dar fe de lo que decía Rousseau, también con salvedades, sobre la originaria bondad del ser humano. Todo sale bien de la mano del Creador –decía-, pero todo degenera en las de los hombres. Por eso, en plan de sorna, concluía Voltaire: «Le entran ganas a uno de andar a cuatro patas».

Guerras, violencia, corrupción, ostentación, etc. son una ocasión para pensar que el hombre es capaz, no obstante, de experimentar sentimientos morales positivos. Es un ser educable para realizar el bien y evitar el mal. «Menos armas, más diálogo» y, como decía Lou Marinoff, «menos Prozac y más Platón». De lo contrario volveremos a subir al árbol.

Profesor

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