Como cada año por estas fechas, volvemos a colgar el Abierto por vacaciones en la agenda municipal. Las necesidades no descansan y la administración local tiene que dar ejemplo para que, a la vuelta del verano, los proyectos más importantes avancen con normalidad. Es por ello que habrán visto --y estarán sufriendo-- las molestias de tantas máquinas en las obras distribuidas por los barrios. Les pido por ello disculpas de antemano y les aseguro que valdrá la pena.
Es el caso de las obras en los colegios Embajador Beltrán y Santa Quitèria, dos instalaciones prioritarias para sacarnos de la falta de planificación en la que nos sumió el Partido Popular y que nos condenó a ser el municipio con más barracones. Pero también me refiero al inicio de dos renovaciones en barrios: en concreto, Corell y Pío XII. Hubo una época en la que solo se acordaban de estos residentes cuando se aproximaban elecciones y prueba de ello es el deterioro de infraestructuras urbanas, mobiliario y señalización en estos distritos. Y no son los únicos.
Competitividad
Por eso acaban de terminar ahora las mejoras en la rotonda de acceso al centro empresarial La Plana y al polígono Ramonet mientras arranca la instalación de cargadores de patinetes eléctricos en el polígono Mijares. Necesitaban una puesta a punto para poder aumentar su competitividad respecto a los recintos industriales de otros municipios y la apuesta es evidente: recursos humanos y fondos públicos.
Como los que ya están reservados para poder cambiar el césped del campo de fútbol de Pesudo o los más de 1,4 millones de euros que en septiembre nos permitirán firmar las escrituras para la compra de los terrenos donde se levantará la pantalla acústica entre las viviendas de la playa y el polígono del Serrallo. Un paso enorme que ningún gobierno local se atrevió a dar antes. Mociones y redes sociales, muchas. Hechos durante sus mandatos, pocos.
Pero en este verano de Abierto por vacaciones cambiarán esa y muchas otras cosas que quedaron relegadas en el cajón del ya llegará: el cambio de alumbrado a leds en la playa, la instalación de fibra óptica, el ya renovado depósito de agua junto a la estación después de casi un siglo, el derribo del viejo Embajador... Los hechos van imponiéndose a las promesas, que es como debió ser siempre.
Alcaldesa de Almassora
