Quieren reescribir la historia de España empezando por la guerra civil para hacer creer que hubo buenos y malos, cuando en la guerra todo es desastroso. Es curioso que los enemigos de la democracia: herederos de ETA, independentistas catalanes, comunistas totalitarios y todos aquellos que quieren destruir España, que mantienen a Sánchez en el poder, sean los que dictan cual es nuestra memoria y paradójicamente la llamen democrática, que es lo que ellos no son.
Siguen la senda del nefasto Zapatero que se dedicó a abrir heridas y a tergiversar nuestra historia real. Qué asqueroso y absurdo que un tipo como Otegui que dirigía a los asesinos de cientos de españoles hasta hace pocos años, nos diga lo que pasó hace casi 100 años y abra la vía para que los etarras sean indemnizados al considerarlos perseguidos «por su lucha por la consolidación de la democracia, los derechos fundamentales y los valores democráticos». ¿Estamos locos? ¿Somos tontos? Como podemos aceptar esta traición?
Además quieren cargarse la transición y la democracia que tantos años de paz, libertad y prosperidad nos ha proporcionado. Ellos hubieran preferido una revolución, muertos y una dictadura comunista, que es lo que querían imponer desde Largo Caballero.
Yo prefiero la concordia y la tolerancia frente a este dogmatismo excluyente y mentiroso que ataca a la democracia, el sentido común y la verdad. Trata de imponerse de modo obligatorio en la educación y persigue la libertad de expresión y de cátedra. Ya no cabe ambigüedad: o estás a favor o en contra.
Yo voto libertad.
Notario y doctor en Derecho