La naturaleza pone a prueba al ser humano cada día y nuestra forma de vida de las últimas décadas ha desatado cambios en el clima que están teniendo evidentes y devastadoras consecuencias. Lo estamos comprobando con los grandes incendios, cada vez más virulentos, que arrasan nuestro territorio natural y también en las ciudades afrontamos problemas derivados de esta climatología tan compleja. El más claro ejemplo son las lluvias torrenciales que, sobre todo en otoño pero también en otros momentos del año, colapsan nuestros sistemas de colectores y acumulan importantes cantidades de agua en puntos críticos de la ciudad.
En el caso de Vila-real, a la variable climatológica se une una problemática heredada en la red de canalizaciones que hace aún más complicado poner solución a estos contratiempos de inundabilidad en diferentes puntos del casco urbano. Ante una tromba de agua como la que el pasado mes de junio nos dejó casi 30 litros por metro cuadrado en apenas 10 minutos poco podemos hacer para impedir que el agua anegue algunas calles, es imposible evitar todos los problemas, pero pese a todo no paramos de trabajar para intentar solucionarlos y minimizar las consecuencias. Fruto de este trabajo constante es el Plan de prevención de inundaciones que hemos activado y que contempla acciones prácticamente durante todo el año, gracias al esfuerzo de los Servicios Públicos y otros departamentos municipales, como la Policía Local o Protección Civil, que trabajan de forma coordinada tanto en la prevención como en la respuesta ante los episodios de gota fría.
Anticiparnos es nuestro principal objetivo y para ello hacemos todo lo posible con los recursos que tenemos, que son limitados, y que impiden poner solución a problemas heredados que ahora son imposibles o muy costosos económicamente de solucionar. Pero la prueba de todo el trabajo realizado es palpable: limpieza de barrancos, cauces y zonas inundables; mejoras en la red de saneamiento, con la incorporación de nuevas soluciones técnicas como el plan piloto ejecutado en la calle Pere III en colaboración con una empresa puntera como Facsa; el proyecto de modelización del sistema de saneamiento municipal a través del uso de nuevas tecnologías y aplicaciones informáticas; y también los trabajos de limpieza de imbornales, que este año de manera especial hemos acelerado ante un posible adelanto de las lluvias.
Somos conscientes de que el riesgo cero es imposible. En nuestro casco urbano, la mayor parte del sistema de saneamiento es unitario, de manera que las aguas pluviales y fecales discurren por los mismos colectores. Además, la vía férrea supone una barrera de más de dos kilómetros a lo largo de toda la ciudad que hace muy difícil disponer de infraestructuras suficientes para canalizar todo el caudal de lluvias torrenciales.
Pero ninguna de estas dificultades va a pararnos, como tampoco nos ha parado la pandemia. Aunque el covid-19 nos ha frenado, seguimos adelante y, en materia de prevención de inundaciones, ya hemos iniciado gestiones para conseguir financiación europea que nos facilite acometer inversiones cuantiosas que de otro modo serían imposibles dada la ruina económica que nos dejó el PP y contra la que seguimos luchando día a día para hacer posible la nueva Vila-real del siglo XXI: solidaria, inclusiva, de oportunidades, sostenible e innovadora.
Alcalde de Vila-real
